Entrevista al analista uruguayo Raúl Zibechi sobre el movimiento social paraguayo, los nuevos tiempos políticos, Curuguaty, Cartes y el papel de Paraguay en la región. La caída de Lugo para ese movimiento campesino que se institucionalizó es una fuerte derrota, dijo. También que Paraguay es un espacio en disputa entre EE.UU. y Brasil.
Desde el miércoles el periodista y analista político uruguayo, Raúl Zibechi, participó de varios espacios en el país. El primer día fue panelista en un seminario por el día mundial de la alimentación, donde se lanzó la campaña Ñamosêke Monsanto, contra la corporación estadounidense.
El jueves dirigió un momento de otro evento sobre políticas de seguridad y su relación con movimientos sociales, dos de los temas predilectos de su análisis, materializados en una docena de libros, entre los que resaltan Brasil Potencia. Entre la integración regional y un nuevo imperialismo, Territorios en resistencia. Cartografía política de las periferias latinoamericanas o Dispersar el poder. Los movimientos como poderes antiestatales.
La primera impresión de menonita ucraniano de Itapúa se disipó con sus agudos análisis sobre la realidad latinoamericana y su vasto conocimiento sobre el movimiento social praguayo.
Entre las brechas de su reclamada agenda en estos días -que siguió recorriendo por otros eventos y espacios- encontró unos minutos para conversar con BASE IS. Le hicimos 10 preguntas.
El último año asesinaron a dirigentes campesinos, aprobaron siete cultivos transgénicos, hay un avance del agronegocio ¿Cómo entender esto? ¿Qué pasa en Paraguay?
Lo que está pasando es que las empresas multinacionales tienen ahora un fuerte aliado en el poder político y están imponiendo toda su agenda, que es liberación de transgénicos y destrucción del movimiento campesino. Entonces ellos tiene el campo libre para actuar. Lo que estamos viviendo es una fuerte ofensiva de las empresas multinacionales a través del gobierno, o directamente, para imponer su propia agenda. Es eso.
Usted decía que hay una pérdida del protagonismo del campesinado en el movimiento social paraguayo, ¿Ve algún otro actor que pueda sustituirlo?
Por ahora no veo, no quiere decir que no pueda surgir en el futuro. En este momento lo que estamos viviendo son dificultades del movimiento campesino para sostenerse en el tiempo. Pero no movimiento alternativos -que tendrían que ser urbanos- al movimiento campesino. Van a surgir en el futuro sin duda, pero todavía no estamos en esa situación.
Este debilitamiento del campesinado responde a la ofensiva del agronegocio…¿Se puede hablar de una derrota suya ante el agronegocio?
Depende de dos cosas. De la ofensiva del agronegocios. Y otra, de opciones institucionales que ha hecho el movimiento campesino durante el gobierno de Lugo, incrustarse en la institucionalidad y en el gobierno y debilitar su base organizada. Eso está facilitando hoy la tarea del agronegocio. Y yo sí creo que la caída de Lugo para ese movimiento campesino que se institucionalizó es una fuerte derrota.
El gobierno de Lugo ¿que dejó al movimiento social y campesino?
No lo sé, quizás sea muy pronto para saberlo. Debería haber dejado una mayor autoestima, una mayor capacidad de lucha. Pero no lo tengo tan claro. Me parece que el gobierno de Lugo, sin proponérselo, provocó un debilitamiento del movimiento campesino.
Desde la aparición de Lugo como fenómeno político hay una institucionalización electoral de la izquierda ¿Está bueno que la izquierda se meta en elecciones? ¿En qué condiciones?
Y si la izquierda opta por meterse en elecciones, y eso va de la mano del debilitamiento del movimiento social, es un problema. Y es creo lo que ha estado pasando.
El pico más alto, a mi modo de ver, del movimiento social fue en el año 2002, cuando las luchas contra las privatizaciones. Todos los movimientos se unieron y lograron derrrotar las privatizaciones. De ahí en más el movimiento campesino no siguió fortaleciéndose, sino que se debilitó, hubo más divisiones, pero por sobre todo una fuerte institucionalización.
Entonces me parece que para recuperar la fuerza que se manifestó en el 2002 hay que volver al tipo de trabajo de base que se hizo antes del 2002.
¿Desde afuera lo de Curuguaty pareció ser algo montado?
Aparentemente lo fue. Yo no soy especialista en eso, pero todo indica que fue aprovechar una resistencia campesina para hacer una provocación policial y generar un hecho político que terminó favoreciendo a la derecha. Aparentemente fue un montaje de la derecga.
¿Desde Curuguaty, Paraguay podría tener una función nueva en la región?
Podría tener. El objetivo del Pentágono y del imperialismo es utilizar a Paraguay como base para rodear a Brasil de elementos de desestabilización y de una militarización que impida la estabilidad de Brasil como potencia regional. Y que bloquea el avance de la unidad regional.
Eso tiene también sus contrapartidas, Brasil también tiene mucha influencia en Paraguay. La economía apraguaya gira mucho en torno a Brasil. Entonces no es fácil que los proyectos del Pentágono se hagan realidad. Paraguay es un espacio en disputa en este momento.
En materia de seguridad veíamos la presencia de agentes del Mosad y de las fuerzas armadas de Colombia, como el nuevo embajador Cely ¿Qué puede significar?¿Cómo debemos entender esas presencias? ¿Están tratando de sofisticar la seguridad?
Están tratando de tener un control sobre las fuerzas armadas y las fuerzas policiales paraguayas para usarlas con un objetivo propio, distinto al que debería ser, vulnerando la soberanía nacional de Paraguay. En ese sentido no me extraña nada que haya asesores militares de otros países, vinculados a los Estados Unidos.
En la rearticulación de la derecha en Paraguay, con Horacio Cartes al frente… ¿Le puede costar a la derecha tener un narcopresidente?
Lo que se ve hasta ahora no. La sociedad paraguaya está acostumbrada a tener presidentes de ese tipo. Y lamentablemente no parece que tenga un costo político tener el tipo de dirigentes políticos que tienen. Una cosas son los deseos y otra cosa la realidad. Y la realidad marca que no hay un desgaste de la partidocracia tradicional.
¿Tampoco en la región puede ser un costo?
No lo está siendo
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