Asentamiento 3 de julio, organización en defensa del territorio.

Asunción, 25 de febrero 2021 (BASE-IS) Más de 130 familias campesinas viven y producen en las 1700 hectáreas que componen el Asentamiento 3 de julio, la comunidad lleva el nombre de la fecha en que las campesinas y campesinos ingresaron a estas tierras, hace ya más de dos años. Las constantes amenazas de desalojo mantienen en zozobra a la población campesina en la zona de Canindeyú, donde el agronegocio, y la extranjerización de las tierras, buscan seguir avanzando, ante esto se organizan para luchar y producir defendiendo su territorio.

“Desde el miércoles pasado teníamos presencia policial en nuestro asentamiento, estaban hablando de que se daría un operativo enorme para desalojarnos” cuenta uno de los dirigentes del asentamiento que pertenece a la Organización de Lucha por la Tierra (OLT). Las tierras reclamadas por los campesinos son propiedad de un holandés, que a su vez las arrienda a brasileños para producir soja; es un territorio reclamado desde hace al menos 10 años por la población campesina de la zona de Suizo Kue, “antes de nosotros hubo otras 3 ocupaciones que terminaron siendo desalojadas” señala el dirigente al tiempo de comentar que la actual es la ocupación que más tiempo resistió en el lugar.

En estos dos años de lucha y organización varias fueron las amenazas de desalojos que sufrieron, lo mismo ocurre con otros seis asentamientos de la zona, para hacer frente a estas amenazas de forma organizada los miembros de los asentamientos conformaron la Coordinadora de Sintierras de Maracaná. Desde esta instancia y con el acompañamiento de la OLT han llevado adelante movilizaciones y gestiones ante los organismos estatales a fin de dar solución a la problemática de la tierra en la zona y frenar los desalojos forzosos que permanentemente afectan a las familias campesinas.

“En esta ocasión organizamos movilización y cierre de ruta aquí mismo frente al asentamiento, enviamos notas a las instituciones y mediante esa lucha, ayer tuvimos una mesa de diálogo con las autoridades. Se logró frenar el desalojo que estaba previsto ayer y se da una tregua hasta el martes cuando una delegación del instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT) tiene que visitar nuestro asentamiento para ver como encaminar los trámites para asegurar la tierra” continúa relatando el referente comunitario, que al igual que la mayoría de los pobladores del asentamiento es joven y busca acceder a un pedazo de tierra para vivir y producir alimentos junto a su familia.

Según el libro Ocupaciones de tierra en Paraguay el 84% de las ocupaciones de tierras por parte de campesinos y campesinas se dan ante la inacción del INDERT o el incumplimiento de sus funciones como ente rector de la política agraria, cual es el de garantizar el acceso a la tierra para el campesinado. Los pobladores de 3 de julio aguardan que esta vez el Instituto de la Tierra cumpla con su misión y proteja a las familias campesinas.

En Canindeyú el agronegocio acapara casi el 60% de las tierras, es el tercer departamento con mayor superficie ocupada por los cultivos extensivos, con 902.912 hectáreas dedicadas a los rubros del “agrobusiness”1. Coincidentemente, o no, un porcentaje similar de la superficie departamental se encuentra ocupada por terratenientes extranjeros, el 63% de las tierras de Canindeyú están en manos de propietarios brasileños mayormente y de otras nacionalidades en menor medida 2.

Haciendo frente a esta situación las familias del Asentamiento 3 de julio apostaron a la producción diversificada, con rubros alimenticios tanto para autoconsumo como para la renta, “mucha producción tenemos actualmente aquí, hay de todo, y producto de las familias campesinas, además nuestra producción se da sin tocar la reserva de bosque que hay en la zona” expresa el entrevistado, defendiendo el modelo de producción campesina frente al avance avasallador del agronegocio que deforesta, fumiga con tóxicos poderosos y expulsa al campesinado de sus tierras. Mediante la organización y la autogestión también lograron acceder a la energía eléctrica y luchan por conquistar otros derechos para la población del asentamiento.

La defensa del territorio campesino, el acceso a la tierra y la producción de alimentos son elementos fundamentales para alcanzar el derecho a la soberanía alimentaria para las familias paraguayas.

1http://www.baseis.org.py/wp-content/uploads/2019/03/2018Dic_Mapeando-el-agronegocio.pdf

2http://www.baseis.org.py/wp-content/uploads/2018/05/extranjerizacion2017.pdf

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