Campesino asesinado en Santa Lucía, otra víctima del abandono estatal y la violencia latifundista

Asunción 19 de setiembre 2022 (BASE-IS) Artemio Cabral, campesino, poblador de la Colonia Santa Lucía, Distrito de Itakyry, Alto Paraná, falleció el pasado viernes tras cuatro días de agonía en el Hospital de Trauma de Ciudad del Este. Cabral fue baleado por guardias armados, supuestamente al servicio de la Agroganadera La Leña, que pretendían ocupar de manera irregular las tierras que el Estado había expropiado para entregarlas a los campesinos de Ñacunday.

El histórico conflicto que se vive en la zona tiene como antecedente el traslado de más de 500 familias campesinas en el año 2014 desde Ñacunday, donde acamparon durante años para reclamar un pedazo de tierra. En aquel entonces el gobierno de Horacio Cartes había prometido convertir a Santa Lucía en una colonia modelo, brindando todos los servicios a los pobladores trasladados y expropiando las tierras para que las familias puedan, además de acceder a viviendas, tener espacio para cultivar.

Sin embargo el sinfín de promesas incumplidas y manejos irregulares por parte de los gobiernos y de los latifundistas de la zona, derivó en un prolongado conflicto que costó la vida de Artemio Cabral, “padre de 4 hijos, productor y trabajador humilde” según lo describen sus compañeros.

En la mañana del lunes 12 de setiembre, un contingente de empleados de la Agroganadera La Leña, supuestamente propiedad de Oscar Wasmosy, acompañados de policías llegaron hasta las parcelas que el gobierno había otorgado a los campesinos, en el lugar se dispusieron a alambrar el sitio, instalar un contenedor para vivienda y cavar un pozo artesiano. Ante esta situación los campesinos fueron hasta el sitio para exigir que no se realicen los trabajos ya que las tierras están siendo reclamadas por el INDERT, en ese momento uno de los peones presentes disparó contra Cabral con una escopeta calibre 12, hiriéndolo de gravedad.

Situación de las Tierras.

En 2014 las familias fueron re ubicadas en Santa Lucía, en aquel momento se prometió que además de entregar una hectárea y la construcción de viviendas para cada familia, se gestionaría la recuperación de tierras agrícolas, propiedad del Estado paraguayo que estaban usurpadas irregularmente por no sujetos de la reforma agraria. Se hablaba de las tierras de la familia “González, ubicadas en Punta Pistola”, sin embargo el Estado nunca recuperó esas tierras, ni se garantizó el espacio mínimo requerido para un desarrollo real de la colonia.

Para el año 2017 el Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT), tras años de lucha e insistencia de las familias campesinas, anunció que se encontraba en tratatibas con Oscar Wasmosy a fin de adquirir las tierras de la Agroganadera Las Leñas, colindantes con la Colonia Santa Lucía. El 27 de setimebre del año 2017 el Congreso aprueba la Ley 5949 de expropiación de las tierras para entregarlas a los pobladores de Santa Lucía.

A pesar de dicha Ley, el conflicto continúa, ya que la Agroganadera Las Leñas, sigue reclamando la posesión del inmueble, según detalla el INDERT en un comunicado emitido el pasado sábado el inmueble “había sido expropiado años atrás para la reforma agraria, pero, por informes del Servicio Nacional de Catastro, la Abogacía del Tesoro del Ministerio de Hacienda, se puso en duda el origen del título presentado por los supuestos dueños, que estarían usurpando las tierras públicas”

El ente agrega que “se interpusieron procesos judiciales en busca de determinar el verdadero origen de las tierras en litigio. Sin embargo, los supuestos propietarios recurrieron a chicanas en los tribunales para evitar que los campesinos accedan a esos lotes”.

Situación actual

Según relatan los pobladores de la zona el abandono que sufren es total, relatan que “si bien en principio se cumplió con la construcción de viviendas, eso no alcanzó a todos, hace años no podemos trabajar en nuestras tierras, primero fue por la sequía y ahora este conflicto hace que todos tengamos temor”.

Agregan que las parcelas para el cultivo se encuentran distantes de la zona donde está instalada la colonia, aún así muchos pobladores desean labrar la tierra, “nosotros no somos haraganes, nos tratan como haraganes e invasores pero es nuestro derecho acceder a esas tierras” mencionaba uno de los pobladores.

Desde el Estado es poco y nada lo que se ha hecho para garantizar el arraigo de las familias campesinas y logar un verdadero desarrollo en la colonia. “Nosotros recordamos que este proyecto se le presentó al propio Papa Francisco cuando llegó a Paraguay, se le mostró como una colonia que iba a ser un modelo, pero acá estamos, prácticamente abandonados y ahora con el asesinato de un vecino, un compañero nuestro” señaló Carlos Espínola, vecino y compañero del fallecido.

Impunidad

Un testigo presencial del asesinato aseguró que sólo uno de los matones armados fue detenido, mientras los demás fueron dejados en libertad, agregó que el Fiscal del caso nunca se presentó a la zona, ni conversó con los vecinos y la familia de la víctima, por lo que temen que el caso quede “en el oparei”.

Reclaman que los propios policías habían acompañado a los civiles armados para instalarse en esas tierras, a pesar de no contar con ninguna orden judicial para el efecto, señalan que el comisario Serafín Martínez escoltó a los atacantes al momento de ingresar al terreno, y fue testigo presencial del disparo mortal, sin embargo, no actuó para detener a los responsables sino hasta horas después cuando otro contingente policial llegó a la zona.

Artemio Cabral se convierte en la víctima número 128 en el marco de la lucha por la tierra en Paraguay, la gran mayoría de los casos de campesinos asesinados permanece en absoluta impunidad y apenas ocho casos llegaron a esclarecerse con condenas a los responsables.

Fue una estafa a la Reforma Agraria”

El Dr Alberto Alderete, abogado especializado en la temática agraria y ex titular del INDERT, manifestó que el proyecto de la Colonia Santa Lucia, fue una estafa a las familias campesinas que creyeron en las promesas del gobierno de Cartes y una estafa a la propia propuesta de Reforma Agraria. “Desde el principio fue planificado como un engaño, para resolver la situación en Ñacunday, donde las tierras reclamadas eran malhabidas y estaban usufructuadas por Favero” señaló.

Ellos prometieron un núcleo urbano y luego 10 hectáreas por familia, pero nunca tuvieron esas tierras para entregar, manifestó, agregando que el Estado tiene varias formas de acceder a tierras para posteriormente redistribuirlas al campesinado, la recuperación de tierras malhabidas, excedentes fiscales y la compra o expropiación son las vías para lograrlo, pero además, se debe contar con apoyo productivo al campesinado; “pero en este caso nunca existió la voluntad real de convertir el lugar en una colonia modelo, ni de ejecutar la reforma agraria, todo fue un engaño que deriva en lo que vemos hoy” concluyó.

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