Washington, D.C. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condena el asesinato en Paraguay del defensor de derechos humanos Vidal Vega, líder del movimiento Campesinos sin Tierra y presidente de la Comisión de Familiares de Víctimas de la masacre de Curuguaty. La Comisión Interamericana urge al Estado de Paraguay a investigar estos crímenes, esclarecerlos judicialmente y sancionar a los responsables materiales e intelectuales.
La información recibida indica que el 1 de diciembre de 2012, dos personas llegaron a bordo de una motocicleta al domicilio de Vidal Vega. Según la información policial citada por medios de comunicación, la pareja de la víctima, María Cristina Argüello, atendió la puerta; los dos desconocidos preguntaron por Vidal Vega y le dispararon con escopetas calibre 12, en presencia de su familia.
La información recibida indica además que Vidal Vega era testigo clave en una investigación sobre la masacre de Curuguaty, sucedida el 15 de junio de 2012, y donde murieron 11 campesinos y 6 policías, en el marco de un allanamiento de Campos Morombí, Marina Cué, tierras en litigio entre el Estado y particulares. Esos hechos derivaron en el juicio político que se le inició al ex Presidente de Paraguay, Fernando Lugo, y que acabó en su destitución. Asimismo, se informó que Vidal Vega era el encargado de custodiar los documentos de los trámites realizados por la Comisión de Familiares de Víctimas de la matanza de Curuguaty ante el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra para la adjudicación de las tierras de Marina Cue.
La CIDH recuerda que es obligación del Estado investigar de oficio hechos de esta naturaleza y sancionar a los responsables. Asimismo, la Comisión insta al Estado de Paraguay a adoptar en forma inmediata y urgente todas las medidas necesarias a fin de garantizar el derecho a la vida, la integridad y la seguridad de las defensoras y defensores de derechos humanos en el país, en especial, quienes trabajan en el movimiento de Campesinos sin Tierra y en la Comisión de Familiares de Víctimas de la masacre de Curuguaty.
Como ha señalado la Comisión anteriormente, los actos de violencia y otros ataques contra las defensoras y los defensores de derechos humanos no sólo afectan las garantías propias de todo ser humano, sino que atentan contra el papel fundamental que juegan en la sociedad y sume en la indefensión a todas aquellas personas para quienes trabajan. La Comisión recuerda asimismo que la labor de defensores y defensoras es esencial para la construcción de una sociedad democrática sólida y duradera, y tienen un papel protagónico en el proceso para el logro pleno del Estado de Derecho y el fortalecimiento de la democracia.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.
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