Asunción, 22 de mayo 2025 (BASE-IS) La comunidad Indígena Karãpa, del Pueblo Ava Guaraní, ubicada en el Distrito de Ypehū, Canindeyú, denuncia ser víctima de ataques constantes y amedrentamientos por parte de civiles armados que responden a las órdenes de agro empresarios extranjeros. Los ataques contra la comunidad se dan en el marco de un reclamo territorial de los indígenas que buscan defender sus tierras ante el avance del agronegocio.
La comunidad, compuesta por unas 70 familias, señala que las tierras reclamadas son parte de su hábitat tradicional y solicitan la intervención de las autoridades. Desde enero pasado, cuando fueron víctimas de un desalojo forzoso las familias viven al costado de un pequeño remanente boscoso. La propiedad es utilizada actualmente por empresarios brasileños dedicados al cultivo extensivo de granos.
Desde el 1 de mayo pasado la comunidad ha sido víctima de una nueva serie de ataques que incluye la quema de sus viviendas, robo de enseres domésticos y animales menores que posee la comunidad, así como disparos de armas de fuego y el bloqueo de los caminos utilizados por la comunidad. Esta situación ha generado desesperación en los miembros de la comunidad ya que no pueden siquiera acceder a alimentos o atención en salud, por ello solicitan la intervención urgente de las autoridades.
El último informe «Con la Soja al Cuello 2024» señala que el proceso de criminalización a organizaciones y comunidades campesinas en los últimos 20 años en Paraguay se ha desarrollado como instrumento de subordinación de sus territorios para trasladarlos a manos de terratenientes o grandes empresas, con el fin de incorporarlos a los requerimientos de mercado internacional. El objetivo es detener la lucha por la tierra, atemorizar e inmovilizar a las comunidades a través de varios métodos como: la represión directa, la persecución judicial y los asesinatos.
Respecto a la actuación de civiles armados en estos hechos el informe indica que «La impunidad -y porque no con cierta protección- con que actúan los civiles armados, guardias privados o matones, hace que éstos puedan asesinar o torturar a campesinos e indígenas, sólo en los últimos 4 años han sido asesinados 6 campesinos en el marco de la lucha por la tierra, 4 de ellos por civiles armados».
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