Julio Gambina combina la academia con la praxis política; es docente universitario y dirigente sindical, durante su visita al país compartió con estudiantes y militantes sociales su mirada respecto a la realidad actual de la Economía Mundial y su impacto en América Latina y el Caribe. El profesor habla de una crisis global del sistema capitalista y deja abierta la incógnita respecto que es lo que se viene, cifrando esperanzas en las acciones del movimiento popular a escala global para construir proyectos alternativos al capitalismo.
Gambina destaca que en el marco de la crisis del capitalismo lo que ha crecido es la la desigualdad “hay mucho menos población rica, con una inmensa acumulación de riqueza y poder a escala mundial. Parte de esas grandes fortunas están en América Latina y parte de esas fortunas se han hecho en base al deterioro de la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo” indica y aclara que la existencia de una crisis en el capitalismo “no quiere decir que hay caos en el sistema mundial, quiere decir que están obstaculizados algunos procesos de acumulación de riqueza”
Gambina deja claro que economía y política van de la mano y así pasa de citar cifras económicas, que muestran algunos aspectos de la crisis del capitalismo, a analizar los procesos políticos que se desarrollan en el marco de la crisis. “Hay respuestas que parecen irracionales, como es la ofensiva de la derecha política en varios lugares del mundo, empezando por Trump” menciona.
La aparente contradicción de un capitalismo en crisis pero en ofensiva se explica según Gambina por la inexistencia de un proyecto político alternativo consolidado que lo confronte “eso es lo que pasó en la crisis del año 30; allí se ofrecía al mundo una perspectiva civilizatoria de carácter socialista, existía la Unión Soviética y la crisis parecía estar en los países capitalistas y no en el lado del socialismo. Se podía pensar en no solo vivir bajo la órbita del capitalismo sino en intentar desarrollar el socialismo” concluye
“En la actualidad, con la caída del muro, la desaparición de la URSS y el avance de las políticas neoliberales se deja sin alternativa a los pueblos” menciona Gambina y profundiza en el impacto que tuvo la desaparición del campo socialista en el pensamiento colectivo a escala global “hay una crisis de alternativas, se cayó el socialismo en el Este Europeo, pero se impactó el imaginario social mundial, en el sentido de que no es posible ir contra el capitalismo” concluye.
El docente y dirigente de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA-Autónoma) tiene una mirada crítica al proceso de que se desarrolló con los gobiernos progresistas en América Latina durante las primera década del siglo 21. Según señala hubo expectativas muy importantes en América Latina como laboratorio de cambios y se desaprovecharon muchas ocasiones “podría decir críticamente que los gobiernos que surgieron en la primera parte del siglo 21 en Sudamérica no siguieron alimentando y promoviendo la organización popular; hubo una especie de desorganización y coptación del movimiento popular a las estrategias de los propios Estados, por lo tanto cuando la derecha y los proyectos conservadores golpearon a los dirigentes populares, no hubo la suficiente respuesta popular para evitar eso”.
Profundizando en el tema Gambina menciona que en la región se dieron “procesos de conciliación para lograr permanencia en los gobiernos, pero no necesariamente supusieron transformaciones” indica que en las últimas décadas hubo distribución del ingreso, pero no distribución de la riqueza; a su parecer no hubo un proceso profundo de reformas estructurales que cambien las relaciones sociales de producción. Las acciones de los gobiernos progresistas a su parecer fueron insuficientes para generar trasnformaciones “evidentemente no alcanzó y hubo una contraofensiva del capital por distintos métodos, golpes parlamentarios, judiciales; en medio de esos mecanismos de reversión, se vota por gobiernos de derecha en Argentina y Brasil reconvirtiendo todo el escenario” afirma.
Pensando en lo que se viene Gambina cifra esperanzas en la acumulación de poder popular de diferentes sectores sociales, indica que el camino requiere un arduo trabajo, principalmente para desmontar el principal logro de las políticas neoliberales: haber ganado la cabeza de la gente. “En nuestro tiempo contemporáneo de Internet, de medios masivos de comunicación y de redes sociales, hay una gran manipulación de la conciencia social, por lo tanto hay un trabajo cultural; las políticas neoliberales ganaron la conciencia y la cabeza de millones de personas en todo el mundo, por eso hay una alienación de la conciencia social” indica.
Desde su perspectiva, para revertir esta situación es fundamental ganar la subjetividad del colectivo, del conjunto de la población “es posible confrontar la hegemonía de la derecha a nivel mundial eso requiere recuperar el contacto personal directo y ganar en subjetividad en el conjunto de la población” afirma. Además menciona como otro elemento fundamental la necesidad de generar una construcción colectiva de un programa de transformaciones, que se base en las experiencias alternativas de poder popular que hoy existen “un programa de lo que se debe hacer a futuro pero empezar haciéndolo en la actualidad, en lo que ya se esta haciendo” dice mientras señala como ejemplos las fábricas recuperadas, los procesos de lucha del sector campesino por la soberanía alimentaria entre otros.
Si bien pone el centro en la construcción de conciencia de los sectores populares, el docente no descarta la lucha institucional “esto es lucha de clases y en la lucha de clases vale todo, la lucha económica, la lucha política y la lucha ideológica y la lucha institucional también” indica retomando un debate que ya se había dado antes en el movimiento popular respecto a los mecanismos y las formas de acceso al poder. “Me da la impresión que la cuestión pasa por ganar en subjetividad; mayores sujetos conscientes que puedan confrontar con la realidad actual, desarrollar programas que sean parte de lo que ya está actuando la sociedad y recrear las formas de organización política que deben ser mucho mas democráticas, comunitarias y alternativas, no verticales” indica.
Retomar el impulso popular que generó esperanzas transformadoras a inicios de siglo es la consigna que deja el profesor en perspectiva de futuro para la región. “América Latina es un gran laboratorio y la experiencia del movimiento popular latinoamericano sigue presente” señala mencionando que las principales fuerzas que prenden un faro de esperanza en el continente son las mujeres y los pueblos originarios. “El feminismo está mostrando una nueva impronta de acumulación de poder popular y sobre todo en América Latina y también movimiento indígena, son dos grandes novedades que están mostrando que aquella acumulación de poder popular se pone de manifiesto con nuevas formas y esa es la expectativa y la esperanza para mas temprano que tarde avanzar en la experiencia de un proyecto de emancipación”
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