Decenas de activistas acompañan reclamo contra Bayer

Berlín, 25 de abril 2024 (BASE-IS) Decenas de activistas sociales y ambientales de Alemania participaron de un valioso intercambio con miembros de las organizaciones latinoamericanas que denuncian los impactos del modelo de agronegocios en el Cono Sur. Las organizaciones presentaron ayer una queja contra la gigante Bayer por las violaciones a Derechos Humanos causadas por el uso masivo de pesticidas en Paraguay, Brasil, Argentina y Bolivia.

Representantes de las organizaciones CELS, de Argentina; Terra de Dereitos, de Brasil; Fundación Tierra, de Bolivia, además de Base Investigaciones Sociales de Paraguay, se encuentran en una misión en Berlín denunciando la grave situación que genera el modelo de agronegocios. Entre los principales impactos denunciados se mencionan la perdida masiva de bosques, afectaciones a la salud, perdida de biodiversidad, destrucción de cultivos y cursos de agua, además del agravamiento del despojo de territorios campesinos e indígenas.

Los participantes del evento manifestaron su preocupación por los graves problemas que causa en la región sudamericana el modelo impulsado por importantes empresas de capital alemán, entre ellas Bayer, BASF y Syngenta. Los activistas alemanes reclaman mayor responsabilidad social de las empresas en materia de garantizar la no violación de los derechos humanos en una de las zonas de mayor extensión del agronegocio, como es la región del Cono Sur sudamericano.

Queja contra Bayer

Por primera vez seis organizaciones de la sociedad civil de Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y Alemania responsabilizan a la empresa Bayer por los graves impactos de la agricultura industrial en Sudamérica. Basándose en una amplia investigación y en numerosas entrevistas con comunidades afectadas, las organizaciones presentan una denuncia ante la OCDE contra Bayer AG.

La denuncia: Bayer está violando las líneas directrices de la OCDE para empresas multinacionales. La empresa promueve en Sudamérica un modelo de agricultura que provoca inseguridad alimentaria, escasez de agua, deforestación extrema, pérdida de biodiversidad, graves consecuencias para la salud y conflictos por la tierra con comunidades indígenas y campesinas.

BASE-IS ha presentado estudios de dos casos que demuestran como el modelo de agronegocios y sus agrotóxicos avanzan sobre las tierras campesinas:

La Colonia Yeruti Ñu (Colonia Yeruti), ubicada hacia el este de Paraguay, en el distrito de Curuguaty, a unos 212 km de la capital del país, Asunción, es un asentamiento rural creado por el Instituto de Bienestar Rural (IBR) con una extensión total de 2.212 hectáreas, divididas en 223 lotes agrícolas asignados a beneficiarios de la reforma agraria, principalmente pequeños productores campesinos, para la producción de rubros de autoconsumo y el arraigo.

En la actualidad, los cultivos mecanizados se han incrementado de forma exponencial en sus alrededores y ha avanzado en un 60 % sobre el área de la colonia, a expensas de las familias campesinas que habitan en el lugar, quienes quedan condenadas a vivir en unas pocas hectáreas de tierra y rodeadas por grandes extensiones de producción de soja, donde se realizan constantes fumigaciones con pesticidas. En el 2011, varias personas fueron internadas con signos de intoxicación con agrotóxicos. Una de las personas falleció y el caso fue denunciado ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU, que emitió un dictamen favorable a las víctimas del caso.

La Colonia Yvype se encuentra en la región noreste de Paraguay, en el distrito de Lima, departamento de San Pedro, a unos 245 km. de la capital, Asunción. Esta colonia agrícola fue establecida por el IBR. Oficialmente, la colonia abarca una superficie total de 3.889 hectáreas, divididas en 190 lotes agrícolas de 20 hectáreas cada uno. Estos lotes fueron asignados inicialmente a agricultores campesinos como parte de la reforma agraria, a fin de desarrollar la Agricultura Familiar Campesina.

En la actualidad, la colonia está rodeada y penetrada por el monocultivo de soja impulsados por grandes y medianos productores que se dedican al agronegocio, expulsando de forma forzosa a los pobladores del lugar y las familias campesinas que resisten al avance de los cultivos mecanizados, son desalojados y criminalizados.

En ambas comunidades rurales individualizadas, las escuelas fueron clausuradas por el Ministerio de Educación y Ciencia, por la insuficiencia de alumnos, situación dada por la expulsión de las familias campesinas para ceder lugar a los rubros de commodities. La clausura de estos centros educativos, genera enormes dificultades para las familias que tienen niños en edad escolar y aún viven en las colonias.

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