Docentes de escuela donde sobrevuelan aviones fumigadores denunciaron problemas de salud

Profesoras, alumnos/as y vecinos con irritaciones de piel, picazones, dolor de garganta, aparición de granos, ronchas y escoriaciones, denunciaron las autoridades de la institución de Santa Rosa-Misiones.

En la comunidad de Potrero Verde, distrito de Santa Rosa, Departamento de Misiones, se encuentra la Escuela Básica Nº 2.354 Santa Elena. Tiene 95 alumnos y alumnas desde el pre-escolar hasta el 9º grado y un cuerpo de 16 docentes.

En la región, las principales actividades económicas son la agricultura de consumo, el cultivo de algodón, el comercio de pequeña escala y actividades de sectores más pudientes como la ganadería, el cultivo extensivo de arroz, y en los últimos años, de soja transgénica. En Potrero Verde viven aproximadamente unas 250 familias.

Tres sojales en la zona
Las educadoras Ana Maldonado, Angélica Morínigo, Fabiola Quiroga, Agripina Almada y Florentina De Jesús denunciaron que hace al menos siete años, aviones sobrevuelan la escuela. Según ellas, son aeronaves fumigadoras de tres sojales distantes a 500, 1.000 y 2.000 metros aproximadamente.

Dijeron que luego de dos o tres días desde el momento que pasan los aviones, empieza la picazón sobre la piel, ronchas que después de cicatrizar se parecen a hematomas, granos, laceraciones y ardor en la garganta. Que cuando van los fines de semana a sus casas, estos síntomas se alivian, pero al volver el lunes a la escuela, se acentúan nuevamente.

Esto comentaron ayer martes ante una comitiva compuesta por miembros de la ONG BASE Investigaciones Sociales, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE).

Vecinos son afectados
NN, un niño de un año y nueve meses que vive a metros de la escuela Santa Elena, presentaba escoriaciones en el labio superior y granos en el abdomen. Su madre dijo que le empezó la semana pasada, que coincidió con la última pasada del avión, según nos indicó la directora de la escuela Ana Maldonado. “Según el médico, le pasa esto porque le bajaron todas sus defensas”, nos comentó la madre del pequeño.

Otro vecino de la escuela, Eduvigis Florentín dijo que hace como 5 a 6 años le empezaron a aparecer en la piel del brazo granos y ronchas. No sabía a qué atribuirle. Dijo que no fue a tratarse nunca, pero que se ponía una pomada y lavaba con hojas de guayaba las zonas afectadas. Por último, comentó que esto le aparecía y desaparecía en la piel intermitentemente.

Damián Paredes forma parte de la misma comunidad y se dedica a la cría de abejas para producción de miel. Aseguró que 10 años atrás llegó a producir 200 litros de miel, pero que después se redujo de 20 cajones que tenía, a 6 cajones de crianza. Señaló que no podía entender por qué morían sus abejas al salir del panal, siendo que usualmente en caso de morir, lo hacen dentro del mismo por hambre o ataque de hormigas.

Las docentes comentaron que varias veces fueron a consultar al IPS de Santa Rosa, donde le recetaron medicamentos para tratamientos alérgicos. La directora de la escuela Santa Elena dijo que en 10 años de suceder esto, recién ahora denunciaron ante alguna autoridad estatal la situación, aprovechando un acto en el local referente a la implementación del programa de Iniciación Profesional Agropecuaria (IPA) del MEC, el fin de semana pasado.

Alergias o dermatitis
El director del Hospital de IPS, Dr. Ramón Salinas, reconoció que las maestras suelen consultar en el lugar, pero que los síntomas que presentan no pueden asociarse a problemas referentes a intoxicaciones. Dijo que muchas veces la gente se maneja con mucha subjetividad en este tipo de cosas.

Comentó que en Santa Rosa el único caso que atendieron sobre posible intoxicación fue el de una persona que fumigaba un arrozal. En cambio, dijo, en San Ignacio sí se manejan más casos de denuncias de poblaciones campesinas en torno a cultivos extensivos, como los sojales.

“No tuvimos ningún caso registrado como intoxicación o que sea llamativo”, aseguró. Dijo que no tendrían problemas en chequear a la gente de las inmediaciones de la escuela. También expresó que los síntomas de los que hablaban las docentes eran más bien atribuibles a cuestiones alérgicas o dermatitis alérgica por contacto.

Las docentes dijeron que los pobladores, de mostrar síntomas, no tienen el hábito de denunciar o hacerse atender. Y que ellas suelen hacer de enfermeras o doctoras porque les consiguen remedios para tratarse.

Violación de la ley de plaguicidas
Las denunciantes dijeron que se maneja que los cultivos de soja pertenecen a ciudadanos brasileños, que alquilan tierras al aparente propietario, un ex juez de la zona llamado Antonio Giménez.

Por el camino que se dirige a la escuela Santa Elena, a escasos 15 metros de un grupo de casas, se podía ver de manera flagrante como un sojal viola la ley de aplicación de plaguicidas; dicha ley afirma que cultivos así deben estar distantes como mínimo a 200 metros de poblaciones y caminos vecinales. Tampoco tenía barreras vegetales de protección.

Los representantes de la Dirección Escolar Básica del MEC dijeron que se pondrían en contacto con el coordinador departamental para analizar las medidas a tomar respecto a la situación. Representantes capitalinos y regionales del SENAVE ya están enterados del tema, por lo que se debería dar alguna respuesta a la comunidad en poco tiempo.

Salud y SEAM
Los otros dos ministerios que suelen intervenir en este tipo de denuncias, donde según las leyes se debe anteponer el principio precautorio de la salud de las docentes, alumnos/as y pobladores, son los de Salud y del Medio Ambiente. Hasta el momento, al parecer no se movilizaron sobre esta situación. Lo inmediato debería ser movilizarse para esclarecer la situación.

FOTO: Uno de los niños aparentemente afectados por la situación denunciada.

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