Sin embargo, de vuelta no supo decir cómo ni con qué pruebas llegó a dicha conclusión.
El principal fiscal de la causa de la masacre de Curuguaty, Jalil Rachid, hoy se reafirmó en sus términos de que las mujeres actuaron deliberadamente como distractoras aquel día de la masacre, posibilitando que los policías caigan en una emboscada campesina.
Esta línea de investigación atraviesa el escrito acusatorio de la fiscalía contra los 11 campesinos y campesinas acusados en el caso. Rachid ya la había hecho pública al presentar su acusación, aunque sin decir con qué evidencias probaba que la presencia de mujeres con niños en los brazos crearon un ambiente familiar que confundió a los 324 policías que participaron del allanamiento devenido en desalojo.
Esta incongruencia lo señalaron durante el proceso los abogados de los campesinos y campesinas, Guillermo Ferreiro y Vicente Morales, y presentaron como incidente, por lo que el fiscal debió hoy responder de vuelta durante la audiencia preliminar. Volvió a argumentar en forma general y subjetiva, sin reconstruir los hechos con objetividad y evidencias concretas que prueban su hipótesis.
Ellas tenían a niños en sus brazos, generando un ambiente de confianza en donde sucesió el hecho. A una señal pre-acordada se retiraron raudamente del lugar y allí empezó la balacera, se limitó a decir el fiscal.