El nuevo titular del Senave, Jaime Ayala, ayer presidente de una empresa del agronegocio, dijo que están listos los detalles para inscribir y liberar comercialmente las semillas del algodón BT Bolgard, de la transnacional Monsanto.
Ayala declaró ante medios de prensa que a más tardar el lunes se inscribirá la semilla de algodón BT Bolgard, preparada para repeler gusanos a través del gen de la bacteria bacillus thuringiensis. Desde el 2007 la empresa estadounidense Monsanto empezó los trámites para conseguir su aprobación. Y hace experimentaciones con al menos dos tipos más de algodón
La anterior administración del Senave, con Miguel Lovera al frente, denegó la inscripción y liberación comercial del cultivo, pues no contaba con la licencia ambiental de la SEAM ni la aprobación de inocuidad hacia la salud humana, que certifica el Ministerio de Salud.
Con la entrada del gobierno de facto de Federico Franco, los sectores de la agro-exportación esperan haciendo cuenta regresiva para que se concrete la aprobación del algodón y el maíz genéticamente modificados.
Según estos sectores, unos 500 mil campesinos serían los principales beneficiados de liberar el evento transgénico, pues supuestamente ya no hay semillas locales o convencionales disponibles.
Sin embargo, las familias agricultoras algodoneras de la Federación Nacional Campesina (FNC) se muestran en contra de las semillas patentadas y transgénicas, y a favor de valorar las semillas nativas, que incluso vienen reproduciendo.
A esto se le suma la cuestión laboral, pues de efectivamente entrar las semillas transgénicas de algodón, eso trae aparejado un modelo de producción que apuesta a tareas agrícolas altamente mecanizadas, que deja de lado la mano de obra humana.
Daños a la salud, el medioambiente y la economía campesina
Las investigaciones sociales, biológicas y médicas que evaluaron el cultivo del algodón BT en varios países coinciden en que el modelo que acompaña a las semillas transgénicas causa gran dependencia en los agricultores, porque deben pagar por las patentes.
En lo biológico, en 2010 creció la alerta en China, donde el 95% del algodón es de esta especie, pues a medida que se extendían los cultivos del rubro, crecía la cantidad de plagas y especialmente chinches que, si bien no atacaban los cultivos de algodón, minaban los cultivos aledaños de frutas y dátiles. El estudio de la Academia China de Ciencias Agrícolas y del Centro Nacional de Extensión y Servicios Agrícolas concluyó que el crecimiento de plagas estaba relacionado al crecimiento de las extensiones del algodón transgénico.
Un estudio sobre las razones de la desparación y muerte de abejas silvestres, hecha por la La Mid-Atlantic Apiculture Research and Extension Consortium de EE.UU., abrió la duda de que el problema pueda estar relacionado con los cultivos con la bacteria Bt.
Por último, varios manuales sobre eventos transgénicos señalan que el ser humano puede desarrollar resistencia a los antibióticos al entrar en contacto directo o indirecto con cutlivos transgénicos, por los componente químicos de éstos.
Y en estos casos, enfermedades y afecciones tratables comúnmente se dilatan en su cura ante organismos humanos a los cuales los medicamentes que consumen para el tratamiento pierden efecto ante el desarrollo de la mencionada resistencia.
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