Por Guillermo Achucarro.
Asunción, 26 de febrero de 2020 (BASE-IS) Todo empezó hace unas semanas atrás con aquel tweet de la O.N.U acerca de como reducir el consumo de carne ayudaría a combatir el calentamiento global. A partir de ahí distintos actores relacionados al sector productivo/empresarial comenzaron a reaccionar, emitiendo comunicados, flyers y distinta clase de información, especificando como la ganadería , aparte de alimentar al mundo, es “amigable” con el medio ambiente. En términos generales, sus ideas principales podemos reagruparlas en 3 elementos:
1- Paraguay es uno de los países que menos contribuye gases de efecto invernadero (GEI) en la región.
2-Con solo 0,1% de la emision global de gases, produce alimentos para 80 millones de personas en el mundo
3-Es un sumidero de Carbono, es decir, absorbe más gases de los que emite.
Estos 3 puntos definitivamente hay analizarlos detenidamente de manera a poder desmitificar.
1- Paraguay es uno de los países que menos contribuye en las emisiones de gases de efecto invernadero en la región :
Es verdad que nuestro país en comparación a otros países vecinos tiene una baja contribución global de GEI (lo cual es bastante obvio teniendo en cuenta el tamaño y la población). Sin embargo, a pesar de la casi ausencia de actividad industrial, el país es el segundo responsable de las emisiones de metano (CH4) de América Latina (superando incluso a Brasil y Argentina), y también es uno de los mayores emisores de gases producto del cambio de uso de la tierra (según la global Forest watch la mayor cantidad de perdida de masa boscosa proviene del avance de la frontera agrícola). Dicho de otra manera, aunque la producción nacional de GEI es relativamente pequeña, es el sector agropecuario el principal responsable de las emisiones y el Estado Paraguayo no queda exento de ningún tipo de responsabilidad.
2- Con solo 0,1% de la contribución de gases, el Paraguay produce alimentos para 80 millones de personas en el mundo.
Ya en el párrafo anterior se visualizó la necesidad de comprender la problemática de los gases no solo teniendo en cuenta el porcentaje de contribución a nivel global. En este punto en particular es sumamente necesario entender la forma en la que nuestro país produce “comida” :
Decir que el Paraguay produce alimentos para cierta cantidad de millones de personas, teniendo un aproximado 800 mil paraguayxs sub-alimentados es extremadamente contradictorio. Además, no toda la “comida” que produce es necesariamente “alimento”, teniendo en cuenta que existe un aproximado de 900 mil paraguayxs con problemas de obesidad, el cual también es una forma de malnutrición. A esto podemos sumarle que lo producido a nivel nacional son en su mayoría productos para la “exportación”. Según Avila y Portillo, 2017 en el año 2016 solo se consumía el 0,3% de la carne producida en el país, el resto es destinado para la “exportación”.
Estos datos nos dan la pauta de que el problema del hambre a nivel global, regional y local no radica en la “producción” de comida, si no en la distribución de la misma. En ese aspecto, plantear la idea de que el Paraguay alimenta a 80 millones de personas, con muy poca contaminación, a mi entender es una manera poco útil de cruzar información.
3-Paraguay es un sumidero de Carbono, es decir, absorbe más gases de los que emite.
Para poder profundizar esta idea, se plantean 2 escenarios:
-Escenario 1: Dicha afirmación es correcta
-Escenario 2: Dicha afirmación es incorrecta
*Escenario 1:
Aunque la actividad agricola sea capaz de absorber mas carbono del que emite, el Paraguay sigue siendo responsable de las altas emisiones de gas Metano. Usar esto como base para justificar la persistencia del modelo, ignora que la causa principal de las emisiones, el “cambio de uso de suelo” y la actividad ganadera (responsable de mas deforestación), genera otros problemas ambientales a causa de la perdida de masa boscosa, como la alteración de las lluvias, el aumento de la vulnerabilidad a los vientos, el aumento de la sensacion termica y la perdida de diversidad biológica
*Escenario 2:
Plantear la idea de que Paraguay absorbe más gases de efecto invernadero de los que produce es algo sumamente discutible. Primero que nada porque, contradice los resultados de absolutamente todos los inventarios de GEI (INGEI) que se elaboraron hasta la fecha en nuestro país. Segundo, calcular la absorción de carbono en correspondiente al sector productivo, es un estudio sumamente minucioso, ya que implica tener en cuenta la rotación de cultivos existente en cada parcela, con su respectivo tipo de suelo (en todo el territorio nacional), entre otros factores. Estudios con semejante profundidad, no se han realizado en nuestro país hasta el día de hoy.
REDUCIR LA DISCUSIÓN DE CAMBIO CLIMÁTICO SOLAMENTE A LA CONTRIBUCIÓN DE GASES CON LLEVA A CONCLUSIONES SUMAMENTE SIMPLISTAS Y REDUCCIONISTAS
Como ya se mencionó más arriba, hablar solamente de cuanto se contribuye en términos de GEI, es extremadamente incompleto. La contribución global de GEI de Paraguay es mínima en comparación a otros países sin embargo, hablar de las causas de esas emisiones es algo estrictamente necesario.
Si, se contribuye poco, pero eso poco que se contribuye tiene demasiada relación con una cadena de efectos negativos a la naturaleza, partiendo del principio de que el mayor contribuyente en este contexto es la “deforestación”. El alto índice de pérdida de masa boscosa está fuertemente relacionado a distintas alteraciones microclimáticas que se desarrollan a nivel local: la modificación del balance hidrológico que conlleva a una alteración de las lluvias, el cual a su vez tiene una estricta conexión con el aumento de la sensación térmica y la alteración de los vientos, sin hablar del aumento del riesgo de erosión y la desertificación. (Principalmente en ecosistemas frágiles como el chaco)
Concretamente, el sector productivo en su discurso, solo hace alusión a una de las consecuencias de esta problemática (la contribución de gases para el aumento de la temperatura global), y no hace referencia a las causas de estas emisiones. Que ademas de generar alteraciones ambientales a nivel local, aumenta considerablemente la vulnerabilidad del territorio nacional a los cambios globales que se van desarrollando y reduce las posibilidades de una recuperación de los daños.
Reducir la discusión de cambio climático solamente a que porcentaje de las emisiones de GEI contribuye el Paraguay, es sumamente simplista y reduccionista. Exponer la idea de que Paraguay es un sumidero de carbono, sin entrar a discutir todas las alteraciones y/o daños ecológicos que se generan es una postura política que plantea “legitimar” la deforestación para la expansión de la frontera agrícola.
Para tener un análisis certero es extremadamente necesario analizar tantos las causas como las consecuencias, y a su vez el contexto geopolitico de la Región.
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