Cyntia González es una de los liderazgos emergentes de la CONAMURI. Ella ha sido Secretaria de la Juventud en el periodo pasado y, en este número, que coincide con el inicio de la primavera, quisimos entrevistarla para que nos cuente su experiencia dentro de la organización y cómo ve al sector juvenil organizado en el Paraguay en este tiempo de comicios municipales.
¿Cuál es para vos el papel que deben cumplir los y las jóvenes en el contexto sociopolítico en nuestro país actualmente?
Yo pienso que los jóvenes tienen que estar en los espacios de decisión política porque tienen mucho que aportar, ideas innovadoras, creatividad, propuestas de cambio poniendo los discursos en la práctica. No estamos solamente para la ejecución de lo que otros resuelven, tenemos que prepararnos para conquistar espacios de poder y eso significa que hay que dedicarse a pensar, a crear, ser estudiosos de la verdadera historia de la sociedad. Sobre todo, las jóvenes campesinas e indígenas somos las que estamos pasando una situación difícil porque somos pobres, la sociedad no nos brinda oportunidades para salir adelante, menos el gobierno con estos supuestos representantes, que sólo cuidan de su bolsillo. Pasamos mucha discriminación primero por ser mujer, campesina o indígena, después por ser pobre y joven. Esto hace que muchas vayan a buscar a otros países lo que aquí no se ofrece, exponiéndose a la desaparición, el desarraigo, la prostitución, la trata de personas. Muchas jóvenes que caen en esto son destruidas moralmente, ya no ven un futuro y empiezan a entregarse a la corrupción y la pérdida de la identidad y de los valores. Las que tienen suerte de conseguir un trabajo siempre perciben menos salario que el hombre, en condiciones de explotación. En el campo, los monocultivos expulsan a la gente hacia las ciudades. Son problemas que hay que analizar. El neoliberalismo en sí busca la mejor manera para engañar a la gente ofreciendo falsas soluciones que terminan generando más pobreza, violación a la naturaleza, deshumanización y trabajo esclavo. Las organizaciones sociales nos brindan una educación liberadora capaz de hacernos ver una realidad más allá de lo que aparenta y nos muestra el camino de la lucha que es el que hay que seguir para alcanzar ese grado de bienestar general que queremos los paraguayos y las paraguayas.
¿Cómo ves el periodo de electoralismo en el Paraguay, teniendo en cuenta la incidencia política de la juventud?
Pienso que los jóvenes y las jóvenes tienen que animarse a ser candidatos y candidatas oficiales para las elecciones futuras porque esta es nuestra oportunidad de defender los intereses del sector popular. Los medios de comunicación cumplen un papel fundamental a la hora de promover el machismo y para confundir a la población. Giran en torno a la imagen de la juventud, nos usan para ganar plata y generar riqueza para ese 2% que tiene las riendas del país. Esto no debería de ser así. Pienso que la juventud no debería dejarse engañar en ningún momento porque, como sector, tenemos mucha capacidad y no debemos dejarnos usar por los partidos tradicionales, ya que son ellos los causantes de nuestras grandes necesidades. Tenemos que conocer la historia de nuestro Paraguay para entender cómo funcionan las cosas, interpretar lo que estamos viviendo y hacia dónde apunta el futuro. La mayoría de la población en Paraguay sigue siendo menor de 30 años, eso significa que tienen muchos desafíos por delante, debemos involucrarnos en este proceso de cambio. Es fundamental el papel de la juventud para las elecciones municipales, en específico para contribuir con el buen vivir, no un mejor vivir, que ya se mide en condiciones de competencia. Hay que ponerle ganas y trabajar por nuestro pueblo que ha sufrido mucho. Vemos como una obligación ser parte de esta lucha por los responsables del futuro, hoy tenemos que ocupar instancias de resoluciones. La juventud tiene que hacerse sentir con su presencia dinamizadora, para lo que hay que alcanzar una buena formación política y así acumular los elementos para pelear por una sociedad más justa.
Desde tu experiencia dentro de CONAMURI, ¿te parece que se da oportunidad a los y las jóvenes para que desarrollen su perfil de liderazgo y permitan el traspaso democrático que todo proceso político implica?
La juventud siempre está participando, en las movilizaciones, en actividades, siempre está presente, aunque no lo haga como sector articulado. La juventud es una etapa de ideales, nos preocupamos por la vida en el planeta, el futuro de la sociedad. No tenemos tantos vicios que el capitalismo va metiendo en la mente de las personas. Yo veo que principalmente la CONAMURI está apostando por la juventud, donde tenemos una Secretaría dentro de la Dirección Nacional. Las dirigentas de más trayectoria están dando la oportunidad a las más jóvenes para desarrollarnos a través de los cursos de formación y tareas prácticas, como ser voceras y voceros de la Campaña de la Semilla, y esto es un acierto de la CONAMURI. Tenemos capacidad de discernir lo que queremos y lo que no. Hay que tener criterio para opinar. La juventud está saliendo adelante, pese a todos los problemas que tenemos en el país. Necesitamos, aún así, una mejor articulación para hacer seguimiento a los reclamos que estamos haciendo, de cara a nuestras necesidades de estudio, trabajo, planificación, etc., y un mayor acompañamiento de los adultos.
¿Qué mensaje dejarías para la juventud que está empezando su militancia dentro del movimiento social?
Ya hemos sufrido muchos atropellos, sociales, económicos, psicológicos, por el simple hecho de ser jóvenes. Al joven se le ve como que no tiene capacidad o madurez para afrontar la coyuntura, pero la gente joven no tiene miedo de expresarse, decir sus opiniones o sus ideas con pasión, con valentía, con frescura; hay que empeñarse en la práctica y acompañar con la teoría, eso hace de nosotras y nosotros verdaderos militantes. Esta sociedad necesita armas y fusiles pero que provengan del pensamiento; estamos en una guerra de ideas que nos obliga a estar a la altura de las circunstancias. Yo les diría a las mujeres jóvenes que tienen que decidirse a salir de su casa y participar de los espacios que ofrecen las organizaciones, sin dejar de lado el permanente diálogo con su familia. Les diría que se animen a la lucha de nuestro pueblo, porque alguna vez la victoria será para todos y para todas y llegaremos a vivir bien.
Septiembre de 2010