¿Es posible salir de un modelo tan presente y que nos ha acostumbrado a pensar como él? se preguntó Ana Esther Ceceña durante su exposición, en la apertura del seminario “Extractivismo en la región: avance y alternativas”.
Asunción, 1 de octubre (BASE IS). El pasado viernes 25 de setiembre se desarrolló el evento, que congregó a referentes académicos y de la lucha social de Paraguay en torno a un modelo alternativo al extractivismo.
La serie de disertaciones la abrió la mexicana con “El extractivismo en América Latina” , en el cual subrayó que la extracción depredadora de recursos naturales forma parte de la naturaleza misma del modelo capitalista.
Realizó una caracterización profunda de las formas económicas y culturales de este modelo, cuya expresión emblemática la encuentra hoy en la empresa semillera multinacional Monsanto. “Hoy ya no es american way of life, sino Monsanto wife of life”(vida a la americana, vida a lo Monsanto).
“Pensamos Monsanto, ¿o acaso no creemos que todo lo podemos solucionar con la ciencia y la tecnología?”, disparó.
Dijo que hoy en día el capitalismo realiza una dominación de espectro completo, sin descuidar ningún solo ámbito de la vida, incluso haciendo acciones preventivas para evitar el surgimiento de factores que puedan amenazar el orden actual.
Sugirió empezar a desentrañar y valorar las culturas que existieron antes del surgimiento del capitalismo y aprender de ellas lecciones de cómo vivir por fuera de dicho orden.
Es saludable pensar que no hay un solo paradigma, “no es cierto que hay una sola forma de hacer las cosas. Hay muchas maneras de hacer las cosas, tantas como seamos capaces de inventar en la práctica y la imaginación”, dijo.
En esa dirección planteó tres desafíos: 1-”Para cambiar el mundo tenemos que cambiar la visión que tenemos de este mundo, es cambiar la organización social, las estructuras, la institucionalidad, todo junto. 2-Debemos cambiar el sentido y las formas del acuerdo colectivo. Pasar de esta idea de democracia que nos rige hoy en día a una idea del consenso…Es decir, ante dos ideas distintas en una reunión, no se toma una o la otra; se tejen entre las dos y se llega a una que tal vez ya no tenga nada de las otras, pero que implicó un tejido colectivo que hace que la decisión sea una compartida por todos y que sea el producto del saber de todos y no solo de la voluntad de todos”, explicó.
Y finalmente propuso “3-construir otra materialidad, lo que tiene directa relación con el extractivismo y la búsqueda de cómo construir una materialidad que no sea extractiva, que sea respetuosa con los múltiples sujetos”.
“Hoy aceptamos que tenemos que seguir produciendo pretróleo. Decimos el ptróleo es dispensable ¿Será indispensable? ¿podemos prescindir o no y en cuanto tiempo? ¿Hace falta prescindir? ¿Podemos producirlo menos? ¿para qué lo queremos? ¿Para seguir produciendo automóviles? ¿Queremos seguir produciendo este modelo individual? Porque el automóvil es individual , de este tipo de ocupación del espacio?¿O vamos a pensar en otros modos de vida. En otros modos de relacionamiento, de comunicación? ¿Qué tan rápido tenemos que hacer todo esto? ¿Quién lo tiene que hacer? ¿Cómo creamos una sociedad que sintamos que es nuestra? ¿Cómo creamos una sociedad que soñamos?”, preguntó a la audiencia.
El seminario lo organizó Base Investigaciones Sociales y se realizó con la participación de un centenar de personas, expositores y expositoras locales y el apoyo de la agencia de cooperación alemana Misereor y de los centros de estudiantes de Filosofía UCA, Escuela de Ciencias Sociales UNA, Facultad de Ciencias Agrarias UNA e Instituto de Trabajo Social UNA.
En próximas entregas compartiremos contenidos de las demás exposiciones.
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