¡Fuego! Aumento de la temperatura global y expansión de la frontera agrícola.

Foto: ABC Color

Los incendios forestales que afectan zonas importantes de la región suramericana han saltado a la agenda noticiosa durante las últimas semanas, Brasil, Bolivia y Paraguay son los principales afectados en esta parte del mundo, sin embargo fenómenos similares se extienden también a otras latitudes. Varios activistas y expertos coinciden en la afirmación de que estos incendios son la consecuencia del modelo productivo y de consumo que está llevando a la tierra a los límites de su capacidad de sostenimiento.

“Los incendios forestales tienen una relación directa con la deforestación y con el aumento de la temperatura global” dice el Ingeniero Ambiental Guillermo Achucarro, parte del Equipo de Investigación de BASE-IS. Y vale mencionar que tanto la deforestación, como el calentamiento global tienen una relación directa entre sí y con la modelo de producción y consumo vigente en la actualidad.

El avance de la llamada “frontera agrícola” ha generado que importantes bosques como el Amazonas o el Gran Chaco sean deforestados para el cultivo extensivo de granos o para la cría de ganado vacuno que requiere de grandes pastizales. Organismos internacionales señalan que más del 70% de la deforestación a escala regional es causada por el agronegocio, a la vez, según el IPCC el uso de la tierra para fines agrícolas y ganaderos supone el 23 % de las emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero. En Paraguay, el sexto país con mayor tasa de deforestación a nivel mundial, la tala de unas 300 mil hectáreas de bosques por año representa el mayor aporte al calentamiento global en el país.

“Al rededor de un tercio de los gases de efecto invernadero que se emiten son producidos por el modelo de agronegocios, teniendo en cuenta la expansión agrícola y la deforestación, o cambio de uso de suelo, que esta implica” señala el ingeniero Guillermo Achucarro. Si bien tanto la deforestación como el calentamiento global tienen una relación con los incendios forestales, el elemento directamente causante de la gran mayoría de los mismos son las quemas de los bosques deforestados; esta es una práctica habitual para la expansión de la frontera agrícola, en las zonas afectadas actualmente por los incendios forestales los campos deforestados son quemados para posteriormente criar ganado vacuno o cultivar soja. La falta de políticas de control ambiental también son un agravante ante esta situación, en Paraguay si bien las quemas están prohibidas, las instituciones como el Ministerio del Ambiente (MADES) poco y nada hacen para garantizar su cumplimiento al punto que el país ha perdido cerca de 22 millones de hectáreas de bosques por fenómenos de este tipo desde el año 2001.

También en Brasil se vive una situación similar, la asunción al poder del ultraderechista Jair Bolsonaro significó el cierre del Ministerio del Ambiente y el fin de cualquier tipo de política de protección al medioambiente, en contraposición se impulsaron políticas de expansión del agronegocio; esto ha llevado a que en la actualidad la zona Amazónica tenga un 80% más de incendios forestales que un año atrás. «No hay fuego natural en el Amazonas. Hay personas que practican la quema, que puede empeorar y encender incendios en la estación seca», señala el portal de la BBC citando al Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía, conocido por sus siglas, IPAM; la misma fuente refiere que existe una relación causal entre la deforestación, la quema y los incendios forestales e indica que un estudio revela que el número de incendios en la Amazonía está directamente relacionado a la deforestación ya que las diez municipalidades de la región con más advertencias de deforestación son las que más sufrieron incendios en el año.

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