Asunción 13 de noviembre 2019 (BASE-IS) El Ministerio de Agricultura y Ganadería, a cargo del político colorado Rodolfo Friedmann, aprobó ayer la liberación y el uso comercial de 13 nuevas variedades de semillas genéricamente modificadas. Los 13 nuevos productos transgénicos son variedades de soja, maíz y algodón que según la información brindada por el propio MAG pertenecen a las trasnacionales INDEAR, BASF, Syngenta, Dow y Monsanto, este es el mayor paquete de transgénicos aprobados en la historia del país.
Con la liberación de estos Organismos Genéticamente Modificados (OGM) Paraguay pasa a tener 41 variedades de transgénicos aprobados convirtiéndose en el quinto país con mayor cantidad de transgénicos aprobados para su cultivo -detrás de Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina- y manteniéndose en el sexto lugar en materia de extensión territorial de los cultivos OGM con 3.8 millones de hectáreas. En Paraguay el avance de los cultivos transgénicos ha venido acompañado de un proceso de concentración de tierras, expulsión de familias campesinas y graves daños al medioambiente generado por el modelo de agronegocios. En los últimos 15 años mientras el agronegocio avanzaba con sus cultivos trangénicos sobre territorio campesino, la agricultura familiar se reducía llegando a ocupar apenas un poco más de 300 mil hectáreas en la actualidad.
Según la información difundida por el MAG “estas biotecnologías permitirán mejorar la competitividad de estos rubros y reducir el número de aplicaciones de agroquímicos; insecticidas y herbicidas, con los consecuentes beneficios económicos y medioambientales”; sin embargo, la realidad se muestra distinta ya que desde la aprobación en el año 2001 del primer evento transgénico la importación de agrotóxicos fue creciendo sostenidamente, según datos publicados por el propio Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE) la importación de agrotóxicos paso de 8.800 toneladas en el año 2009 a 52.000 toneladas en el año 2017, muchos de ellos sumamente peligrosos. Con esto Paraguay llegó a importar el 6,2% de los agrotóxicos producidos a nivel mundial alcanzando 7,4 kilos de venenos agrícolas por cada habitante.
“Es importante señalar que la empresa INDEAR incorpora en el cultivo de la soja el evento HB4, tolerante a la sequía en combinación con la tolerancia a herbicidas” indica la publicación del MAG; este hecho resulta preocupante ya que puede vincularse a la intención de los gremios del Agronegocio de avanzar con el cultivo de soja en el Chaco Paraguayo, una de las regiones más secas y áridas del país y donde el equilibrio ambiental corre serio riesgo debido a las altas tasas de deforestación que realizan ganaderos de la zona y que podrían agravarse con el avance de la agricultura extensiva.
[…] Fuente: Base Investigaciones Sociales (BASE IS) […]