Hay avances en la participación de la mujer en las organizaciones, dice Magui Balbuena

Mencionó el caso de Esther Leiva al frente de la OLT y de Nicolasa Trinidad en CNOCIP.No obstante,falta mucho para que las mujeres y la juventud ocupen espacios de poder en igualdad que los varones adultos, afirmó.

La dirigente de la Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (CONAMURI), Magui Balbuena, dijo que muchas veces las organizaciones campesinas frenan su potencialidad en la lucha cuando marginan el protagonismo de las mujeres y la juventud. Fue durante la clausura del Foro por la Soberanía Alimentaria, el viernes pasado.

A medida que crecen las organizaciones, no se pueden descuidar este problema de la falta de participación y equidad. “Debemos mucho todavía a este proceso, para que las mujeres vayan alcanzando ese lugar en igualdad de condiciones con los compañeros dirigentes. Y eso se debe tener en cuenta desde el comienzo, para no restar fuerzas, sino dar el espacio correspondiente y oportunidad, para que los sectores relegados aporten efectivamente en el proceso de construcción de un nuevo modelo de sociedad”, dijo.

Aseguró que ve avances, con Esther Leiva al frente de la Organización de Lucha por la Tierra (OLT) y Nicolasa Trinidad al frente de la Central Nacional de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Paraguay (CNOCIP), que fueron fruto de las conquistas de las mujeres. Las mujeres tenemos doble lucha

Esther Leiva tiene 38 años, 4 hijos varones y es secretaria general de la Organización de Lucha por la Tierra (OLT), donde milita desde hace 18 años. Dice que haber ocupado ese cargo, no es fruto de su esfuerzo individual, sino de todas las mujeres, porque “juntas construimos”.Comenta que si bien lo ideal es que las mujeres tengan el 50% de los espacios de poder en la organización, actualmente lograron el 40% y el máximo cargo.

Explicó que la mujer militante, en nuestra sociedad, tiene una doble lucha “una por la liberación de la mujer y otra en el marco de la lucha de clases”. Dijo que en un contexto capitalista, patriarcal y machista, que una mujer ocupe un alto espacio político es muy costoso y se consigue con lágrimas.

“Yo tengo 18 años de militancia, me construí gracias a la organización y los compañeros y compañeras que creyeron que yo puedo aportar e invirtieron en mí”, dijo. Durante sus años de militancia, explicó, se encontró con muchas prácticas machistas en el camino, “porque la mayoría de los compañeros fue educado por este modelo de educación capitalista.

Nosotras chocamos, y les explicamos cuáles son los objetivos y dónde queremos llegar con ellos. Y así, chocamos, pero tenemos que avanzar, porque si damos un paso al costado, gana el modelo capitalista”.

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