Hugo Pereira solicita Derecho a Réplica a ABC Color

Señor Director del Diario «ABC Color»:

Agradezco la consideración dada al humilde trabajo de este servidor «Afecciones relacionadas con la fumigación sojera. El costo social de la expansión de la agricultura mecanizada en Kuruzú de Hierro, distrito de Horqueta, Departamento de Concepción».

Conviene aclarar en relación al artículo «Restan valor a encuesta orientada por las ONG antisoja Base Is y Alter Vida. CAPASAGRO PONE EN DUDA INVESTIGACION SOBRE INTOXICACIONES EN CURUZU DE HIERRO» aparecida en la edición del día sábado 02 de octubre del 2010, en la sección Economía, que la investigación no fue orientada por las organizaciones BASE Investigaciones Sociales y ALTER VIDA tal como señaló el Ing. Agr. Ramón Sánchez, titular de la Cámara Paraguaya de Sanidad Agrícola (Capasagro).

El trabajo fue realizado en el marco del Curso de Post grado de Metodología de la Investigación desarrollado en la Universidad Nacional de Concepción.

La organización ALTER VIDA proporcionó varias informaciones de gran valor, a pedido mío, que ayudaron a clarificar, junto a los otros estudios consultados, la temática abordada.

La organización BASE Investigaciones Sociales apoyó la realización del levantamiento de datos en la comunidad de Kuruzú de Hierro como asimismo la publicación del material.

Por otro lado no se encontraron 92 personas intoxicadas como consecuencia de la fumigación de agroquímicos en la parcela destinada al cultivo de soja localizada en frente de la población estudiada, tal como informó ABC Color. Se constató la existencia de 92 personas enfermas durante los últimos meses del año 2008 y comienzos del 2009. De ese grupo de 92 personas, 85 fueron afectadas por intoxicaciones agudas relacionadas con la fumigación de agroquímicos en el sojal.

Los síntomas sobre los cuales indagó la investigación no fueron establecidos por casualidad en el cuestionario sino en base a estudios realizados en varios países en los que se confirmó la aparición de mareos, vómitos, diarreas, dolores estomacales, de cabeza y otros, propios de una intoxicación aguda. Coincido con el Ing. Sánchez que “los síntomas (de intoxicación) son muy conocidos”.

El trabajo se propuso, a fin de conocer la magnitud del problema, determinar la prevalencia de intoxicaciones agudas relacionadas con la fumigación de agroquímicos, debido a que desde hace algunos años, pobladores campesinos de la zona empezaron a denunciar permanentemente ser víctimas de intoxicación, denuncias que fueron publicadas por el mismo diario ABC Color.

ABC Color informó que en la foto enviada por su corresponsal se ve a los lugareños de Kuruzú de Hierro “bastante sanos”. Síntomas como los indagados aparecen pocas horas después de la exposición a una fumigación.

En la misma noche en que fue presentado el humilde trabajo de este servidor en el Centro Cultural de la República “El Cabildo” fue lanzado también el estudio de la Dra. Stela Benítez Leite y su equipo Daño celular en una población infantil potencialmente expuesta a pesticidas que encontró evidencias de daño genético en la población potencialmente expuesta a pesticidas en el ambiente. Además encontró un mayor porcentaje de dolor de cabeza, lesiones en la piel, decaimiento (desgano, mareos), trastornos de la visión en niños potencialmente expuestos, los mismos síntomas de intoxicación aguda, estos últimos, que encontró la investigación que realicé.

Llama la atención que el Ing. Agr. Ramón Sánchez, titular de la Cámara Paraguaya de Sanidad Agrícola (Capasagro) no se refirió al estudio de la Dra. Stela Benítez que presentó pruebas laboratoriales o que ABC no haya incluido en su nota una referencia a una investigación presentada en el mismo día y que cuenta con evidencias empíricas.

Debo aclarar igualmente que fueron consultados pobladores de 29 viviendas, no de 24, como informó ABC.

El propietario del establecimiento en que se cultiva soja en Kuruzú de Hierro, entonces el brasileño Nabor Both, incumplió compromisos asumidos ante la Secretaría Nacional del Ambiente para acceder a la licencia que le permitió iniciar la actividad productiva. No reforestó 162 hectáreas, tampoco cultivó una barrera viva entre la comunidad y el sojal a fin de evitar que la fumigación pase hacia las viviendas de sus vecinos, pese al emplazamiento realizado por la Fiscalía y el Senave, institución ante la cual la empresa agroganadera de Both se comprometió a no fumigar la parcela de soja con agroquímicos hasta el desarrollo total de la barrera cultivada entre la parcela de soja y la comunidad campesina. Tal cosa no ocurrió. Imágenes satelitales de abril del 2008 y abril del 2009, interpretadas por la organización ambientalista Guyra Paraguay, e incluidas en el estudio, señalan que “la parcela mecanizada para cultivo no cuenta con cobertura arbórea”.

ABC Color señala en el artículo que Nabor Both denunció a las entidades pertinentes que la barrera viva que cultivó era destruida sistemáticamente durante la noche, presuntamente por parte de pobladores (de la comunidad vecina al sojal se entiende, quienes siempre han protestado por la fumigación con agroquímicos). Resultan poco creíbles, sin embargo, las acusaciones de Both quien denunció ante la Fiscalía a sus vecinos de delitos mucho más graves, denuncias que fueron desestimadas, todas, por parte de la Justicia.

El Ing. Sánchez dice que la investigación resulta “sesgada e ideologizada”. El estudio ha encontrado lo que otras investigaciones realizadas en Paraguay y en el extranjero han corroborado.

Probablemente se trata de una casualidad.

Atentamente.-

Hugo Pereira
(Autor “Afecciones relacionadas con la fumigación sojera. El costo social de la expansión de la agricultura mecanizada en Kuruzú de Hierro, Horqueta, Departamento de Concepción).

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