Las juventudes paraguayas del siglo 21 son sujetos y actores de una sociedad en transformación, pero Luis Caputo resalta que continúan los problemas y demandas de la juventud paraguaya. La juventud campesina es la más comprometida y de más protagonismo social y político, seguida por las organizaciones de jóvenes feministas, dice.
Luis Caputo, politólogo, dice que, según los estudios realizados por BASE IS durante los últimos dos años, sin duda la juventud campesina es la más comprometida y de más protagonismo social y político. A los jóvenes del campo les siguen las organizaciones de jóvenes feministas. Y se mantienen las organizaciones de jóvenes nucleados en la Iglesia, uno de los espacios tradicionales de participación. Caputo nos dice que si sumamos la participación religiosa, deportiva con la social y política, casi el 70% de la juventud de algún modo participa. Si separamos solamente la participación comunitaria, estudiantil y política, los niveles llegan a menos de un 30%. Apoyar a la juventud resulta impostergable, resalta.
¿Por qué luces y sombras?
En el informe de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy) 2009, Luis Caputo habla sobre las luces y sombras de la población joven. Es como que hay claroscuros. Por un lado, importantes sectores de la juventud sufren todo tipo de exclusiones, presiones para entrar en los circuitos de consumismo, temores, violencia, prejuicios. Hay importantes segmentos juveniles que exhiben ideas reconocidas y críticas de lo que pasa en el país y el mundo.
Teniendo en cuenta la mediocridad en las políticas de juventud de los últimos 20 años, por no decir las no-políticas para la juventud, desde la era Lugo, se registran pequeños cambios auspiciosos, resalta. Caputo afirma que los jóvenes tienen enormes deseos de mejorar a través de los estudios y el trabajo. Tienen disposiciones transparentes y directas para manejarse en la vida. No comparten las discriminaciones ante lo diferente.
Juventud rural
Caputo señala que la juventud rural refleja las contradicciones y desigualdades del modelo de desarrollo rural y económico imperante.
El camino es doble; por un lado es preciso avanzar en el reconocimiento de los jóvenes como sujetos de derechos y, por otro, en brindar herramientas para estimular la propia participación de la juventud. La mayor parte de la juventud campesina atraviesa situaciones de sobrevivencia. Sin posibilidades de acceso a los medios y bienes de producción, no encuentra una vida profesional digna como agricultor, dice
La juventud demanda ampliar las posibilidades de emanciparse, más diálogo intergeneracional, de realizar sus proyectos de vida en el país, es decir, quedarse en el Paraguay, y de hacer intercambios de integración con otros jóvenes sudamericanos y que todo implicará la esperada profundización de la democracia, resalta.
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www.abc.com.py/abc/nota/72695-J%C3%B3venes-campesinos-son-los-m%C3%A1s-comprometidos/