La alarma ambiental todos los años suena. Una situación sin precedentes

A nivel global se está normalizando hablar acerca de los incendios forestales en ciertos periodos del año.  Este fenómeno en particular viene azotando grandes territorios del planeta cada vez con mayor frecuencia e intensidad acarreando gravísimas consecuencias tanto ambientales/ecológicas como sociales y políticas. El caso de Paraguay no es ninguna excepción a esta regla ya que la lucha contra los incendios forestales a nivel nacional se volvió una constante discusión a nivel mediático en los últimos años. 

De manera a poder comprender la complejidad de la interacción de las distintas variables climáticas partícipes, es sumamente necesario ubicar la problemática de la gran sequía que viene sufriendo el Paraguay este año. Ante todas las particularidades ecológicas y epidemiológicas del 2020, la gran sequía y las altísimas temperaturas registradas en periodos inusuales, crearon nuevamente las condiciones propicias para la generación de una gran cantidad de focos de calor en todo el territorio nacional. Tan solo en las últimas 24 hs se registraron un aproximado de 4642 focos de calor en todo el país, resaltando el incendio de gran magnitud en Cateura. Durante el mismo fin de semana también se registraron records de temperatura máxima en todo el país, superando la máxima histórica en 3 ciudades (Asunción, San Estanislao, y Villarrica) apenas saliendo del invierno, lo cual es un periodo bastante inusual para el registro de dichas temperaturas. 

Si a esto le sumamos que el Río Paraguay este sábado registró -0,10 cm en relación a la medición en el puerto de Asunción, y se que podría llegar al punto máximo de descenso el próximo fin de semana que es de unos -0,40 (cifra que se dio en el año 1969), la gran pregunta que surge es, ¿Cuándo se piensa declarar emergencia ambiental y climática?

La pérdida de los bosques como principal causante del desequilibrio ecosistémico. 

Efectivamente el año 2020 presenta un sinfín de peculiaridades, desde todo punto de vista. Un hecho ya no tan “peculiar” en nuestro país es el alto índice de pérdida de masa boscosa que presentan “ambas” Regiones.  Tan solo en el 2019, se perdieron 314kha de cubierta arbórea, equivalente a 44.3Mt de emisiones de CO₂. Si nos vamos un poco más atrás, De 2001 a 2019, Paraguay perdió 6.03Mha de cobertura arbórea, lo que equivale a una disminución del 25% de la cobertura arbórea desde 2000, el 92 % de estas pérdidas son resultantes de “deforestación”, cuyo principal causante es el avance de la frontera agrícola/ganadera en todo el país. 

En términos teóricos, para que los “incendios forestales” ocurran se deben dar ciertas condiciones climáticas que son: 33 C° de temperatura, 33 Km/h de viento y una humedad relativa inferior al 33%.  Para que los focos de incendios se expandan de la manera que se expandieron tanto el año pasado como el corriente (según datos no oficiales, en el año 2019 se perdieron un aproximado de 300.000 hectáreas a consecuencia de los incendios forestales) evidentemente es el resultado de ciertas interacciones climáticas y ambientales resultado de la gran destrucción de nuestros ecosistemas, también consecuencia de la gran inacción estatal a lo largo de las últimas décadas. 

foto: ultimahora.com

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