La comida es tanto una necesidad biológica como una expresión de identidad cultural; la comida muestra cómo un pueblo habita y hace uso de su entorno natural para asegurar su producción y reproducción cultural. Atravesados por relaciones sociales, económicas y políticas, los procesos de producción, elaboración y consumo de alimentos, revelan qué impronta una cultura específica da a la naturaleza y cómo esa cultura se sitúa en relación a otras culturas, expresando tanto unidad como alteridad. Por estas razones, los cambios en las prácticas culinarias de una cultura pueden servir como un indicador de transformaciones mayores por las cuales está pasando esa cultura en una coyuntura histórica determinada. Aunque ciertamente condicionada por limitaciones impuestas por la ecología local, la comida también puede volverse un instrumento de afirmación, resistencia o asimilación pertrechada con connotaciones sociopolíticas por parte de una cultura particular. En un entorno cambiante, la preparación de comidas tradicionales asume un sentido que desborda la mera continuidad con el pasado; se convierte en una aserción de identidad frente a fuerzas potencialmente enajenantes.
El estudio que se está realizando, elabora un esquema para comprender la cultura de la comida en la comunidad campesina paraguaya, la cual ha sido transfigurada por el avance del monocultivo de la soja en las últimas décadas. Como la comida está imbuida con significados sociales, culturales y simbólicos, más allá de su función material como necesidad biológica para la producción y la reproducción de la vida, el abordaje a los usos de la comida requiere de elementos interpretativos tomados de la antropología, la psicología social, la semiótica y la sociología. Además, aportes desde la historia establecen el contexto concreto del Este paraguayo, escena de un conflicto político y social entre grupos de campesinos y los protagonistas del modelo sojero dominante: grandes propietarios extranjeros y las empresas multinacionales de agronegocios. Ver la cultura culinaria campesina históricamente contextualizada, permite elucidar los matices socio-políticos que asumen las prácticas culinarias y ubicar la función de éstas dentro del conflicto social mayor.
Dos capas de análisis forman la investigación, una marcadamente material, la otra de naturaleza simbólica. La primera capa intenta percibir cuáles han sido los cambios sufridos por el sistema alimentario de los campesinos en las últimas décadas; se presta atención particular a las áreas donde el sistema alimentario tradicional está ceñido por la producción agroindustrial. La segunda capa se acerca a una interpretación de, qué significan estos cambios en las pautas alimentarias para la cultura campesina paraguaya. Aquí inciden las representaciones sociales, culturales y simbólicas que pueda haber de la comida entre los campesinos. La segunda capa se acerca a una interpretación de qué significan estos cambios en las pautas alimentarias para la cultura campesina paraguaya. En este sentido, la pérdida de las posibilidades de preparar comidas típicas, puede implicar un vaciamiento de la cultura campesina además de una amenaza a la seguridad alimentaria».
El trabajo de campo consiste en la observación participativa y de entrevistas semi-estructuradas, a familias dentro de las comunidades campesinas. Se orienta hacia tres líneas que responden a los tres objetivos de la investigación. La primera línea consiste en observar cuáles son las fuentes de alimentos, cómo se producen y cómo se preparan, con el fin de poder esbozar a grandes rasgos un mapa del sistema alimentario de los campesinos paraguayos. El mapa permite poner de relieve los puntos donde las pautas alimentarias tradicionales entran en conflicto con el modelo sojero. A través de entrevistas semi-estructuradas la segunda línea busca detectar los cambios sufridos por los usos tradicionales de la comida en las últimas décadas en las comunidades campesinas. La comparación de estos relatos con el mapa del sistema alimentario actual, permite que emerja una imagen de cómo el avance del monocultivo de la soja ha impactado las prácticas culinarias tradicionales de los campesinos al nivel material. La tercera línea orientadora del trabajo de campo responde al objetivo de encontrar las creencias y las actitudes más profundas que se asocian con la comida en la cultura campesina. Apoyándonos en las estrategias para interpretación formuladas en el marco teórico, estas entrevistas buscan detectar los significados que tengan las prácticas culinarias y como éstas forman parte de la identidad cultural campesina. De ahí se pueden interpretar las transformaciones ocurridas en la cultura culinaria de las comunidades campesinas como resultado del avance de la soja en su sentido más global, comprendiendo tanto las implicaciones materiales como los significados culturales más profundos.
Entender la pugna en torno a la comida como un elemento dentro del conflicto social y político mayor entre campesinos y la agricultura industrial en el campo paraguayo, hace resaltar la dimensión cultural del conflicto y revela las consecuencias potenciales de un modelo de producción no sólo socialmente destructivo, sino también culturalmente homogeneizador.
(*) Investigador de BASE IS