En un debate promovido por la organización, participaron el empresario Guillermo Caballero Vargas, el agrónomo Víctor Benítez y el viceministro de Agricultura y Ganadería Nicanor Invernizzi. Se habló de reproducción de la semilla local, de la implicancia de la transgénica en el país, del modelo productivo, de los impactos sobre las poblaciones y la industrialización del cultivo.
En el auditorio Ruy Díaz de Guzmán de la Manza de la Rivera de la capital, esta mañana, la Federación Nacional Campesina (FNC) realizó un conversatorio sobre el cultivo y las perspectivas del algodón, a semanas de la liberación comercial del algodón transgénico en Paraguay.
La secretaria y subsecretario de la organización, Teodolina Villalba y Marcial Gómez, compartieron la mesa de panelistas con otros sectores representativos del cultivo, como el empresarial, el ambientalista y el estatal.
Industrialización
Caballero Vargas se centró en la potencialidad nacional de industrializar, de acuerdo a su experiencia como propietario de la fábrica textil Manufactura Pilar. Dijo que al procesar la materia prima, se multiplican por 10 los ingresos que genera. La industria tiene la capacidad de multiplicar los empleos y los ingresos, señaló.
Agregó que está en contra de que sigamos siendo un país primario exportador de materias agrícolas. No se puede enviar en bruto al exterior ni el algodón, ni la soja, ni la mandicoa ni la caña de azúcar; con la soja, por lo mínimo tenemos que hacer aceite o pellets, dijo.
Sugirió que se apueste e investigue a la semilla nacional de algodón, y de esa manera no se tendrá por qué temer a otras semillas. Es importante mantener la semilla nacional para mantener la soberanía económica, agregó. Aunque se mostró abierto a que el productor tenga todas las opciones disponibles.
El problema es la semilla
El viceministro se excusó por no estar enteramente interiorizado del asunto, por los escasos 10 días que lleva en el cargo. Dijo que existe una decisión del MAG de apoyar a instalar de vuelta el algodón y que la meta para 2012 es de 60mil hectáreas.
Agregó que el gran problema es la semilla, que falta a los productores. Ustedes no tienen problemas, porque tienen la semilla, pero a los otros ciudadanos sí les falta, dijo en un momento a los presentes de la FNC. También explicó que si bien se aprobó el ingreso del evento transgénico de algodón Bollgard, de la empresa Monsanto, las semillas no están disponibles en el país. Por lo que finalmente el MAG sondea la compra de semillas de algodón no-transgénicas de Brasil u otros países vecinos.
Por último, comentó que su cartera evalúa un eventual subsidio para productores algodoneros en el caso de que los precios del mercado sean desfavorables.
Es ilegal y no conviene
El agrónomo y ambientalista de la oenegé Alter Vida, Víctor Benítez, habló de los efectos del algodón transgénico y el modelo que lo sustenta en el país. Dijo que el recientemente aprobado ya es un cultivo en desuso en otros países, por demostrarse su ineficiciencia y poca capacidad de adaptación en países como Colombia, especialmente con problemas de plagas. Además por verificarse la contaminación genética que produjo en ese país sobre cinco especies nativas de algodón.
Recordó la forma ilegal en que se forzó la aprobación y liberación comercial del cultivo recientemente en Paraguay, pues a pesar de no contar con estudios de impacto ambiental y de inocuidad alimentaria, igual los organismos como el MAG apresuraron su liberación.
Agregó que ese tipo de tecnologías no es para las familias agricultoras, que manejan máximo tres hectáreas de algodón. En contrapartida, es más favorable a grandes productores que utilizan la mecanización de la finca. Sobre el costo de la semilla, advirtió que cuestan tres a cuatro veces más caro y que descansa en un sistema de patentes y derechos intelectuales por el cual la empresa propietaria cobra y no permite reproducirlas en finca.
Por último, habló sobre la incompatibilidad de la tecnología BT con las plagas más comunes en los algodonales nacionales, como el picudo. Y dijo que las promesas de que se logra más productividad con el transgénico es relativo. Depende del tipo de tierra y otros detalles, comentó. Preguntó al auditorio repleto de agricultores y agricultoras de la FNC y a los panelistas ¿Quién se hará cargo si hay contaminación genética sobre el algodón local, el Ministerio, la Monsanto?
Semilleros
Desde hace tres años que la FNC viene destinando cultivos de algodón nacional para reproducción de semillas, principalmente la IAN 425, en los departamentos de San Pedro, Ca’aguazú, Guairá y Canindeyú, explicó su secretaria general Teodolina Villalba.
En la siembra 2011/2012 destinaron unas 1.500 hectáreas para este fin, mientras para la zafra que arranca este setiembre buscarán lograr unos 600 kg para semillas. Unos 7 a 8 mil pequeños productores componen la FNC, y se dedican principalmente al cultivo del algodón y de rubros alimenticios de sustento familiar.