El día de hoy, viernes 12 de noviembre, se realizó el conversatorio «Por la Ratificación de la Convención de los Derechos de los y las Jóvenes» organizado por la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ) y el Viceministerio de la Juventud (VMJ) en el Salón Comuneros del Congreso Nacional. El acontecimiento contó con una amplísima participación del sector juvenil y también de gente adulta.
El conversatorio tuvo dos momentos: uno meramente informativo, brindado por los ponentes, Diana García, Viceministra de la Juventud de Paraguay; Alejo Ramírez, Director de la Oficina Técnica del Cono Sur de la Organización Iberoamericana de Juventud; Matías Rodríguez, Director del Instituto Nacional de Juventud de Uruguay; Alejandro Sánchez, Diputado de la Cámara de Representes de Uruguay; César Ramos, Diputado de la Asamblea Legislativa de Extremadura, España; Jessica Estrada, Consultora del Área de Derechos Humanos de la Comisión Andina de Juristas de Perú; representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA); y Thais Zimbwe, representante del Espacio Iberoamericano de Juventud y de la Red Iberoamericana de Jóvenes Indígenas y Afrodescendientes (REJINA).
El otro momento fue rico en diálogo y debate, en un ambiente respetuoso donde una gran mayoría manifestó estar de acuerdo con la ratificación y unos pocos jóvenes y adultos señalaron no estarlo, pues ya se cuenta con la Constitución Nacional para los fines que la Convención persigue.
Los y las jóvenes se hicieron escuchar con indignación después que el martes 9 de noviembre, la Cámara de Diputados rechazó casi en forma unánime la ratificación, denunciando la contradicción de los dirigentes adultos. Así mismo, en la ocasión se fueron aclarando todas las dudas, malos entendidos y argumentos infundados que trabaron la concreción de este marco legislativo para los derechos de la juventud.
Los expertos comentaron que la juventud es el único sector que no cuenta con instrucciones jurídicas específicas, siendo el sector que concentra los más alarmantes indicadores de inequidad. Los mismos señalaron que la Convención no establece nada nuevo para el Estado paraguayo y para los demás países iberoamericanos, y que no modifica ni contradice la Constitución Nacional.
A modo de conclusión, gran parte del auditorio se inclinó por la opción de no heredar, no reproducir la intolerancia y frustración y el autoritarismo de los adultos, y por el contrario se acordó que la misma juventud es la que tiene que convertirse en militante de sus derechos y, comenzar una gran tarea histórica de conocer y promover la Convención.