Marcelo Urresti ha realizado importantes aportes en torno a culturas juveniles y consumos culturales, y en su libro más reciente y más directamente vinculado al tema jóvenes y TIC2 sostiene que los adolescentes de nuestros días viven en un paradigma cultural absolutamente distinto al de sus padres y las nuevas tecnologías contribuyen a la composición de ese nuevo mundo de experiencia. En dicho marco, define lo que considera que son los cinco elementos centrales del nuevo sistema cultural juvenil:
1. El nuevo sistema de objetos: Es difícil soslayar la presencia del conjunto de aparatos electrónicos basados en tecnologías digitales que definen el sistema de objetos con los que interactuamos Este mundo de objetos de tecnología digital se difunde día a día a medida que los costos bajan y el mercado se satura, con un horizonte no muy lejano de cobertura universal Con los avances más recientes (Internet, telefonía móvil, etc.) se hace fácil, relativamente barato y amistoso bajar información de la red, pero también producirla y subirla, prestación que será aprovechada básicamente por los jóvenes, encargados de expandir el universo hipertextual de Internet Todo esto ocurre, evidentemente, porque los jóvenes se han preparado más y mejor que los adultos con juegos electrónicos y consolas de videojuegos desde la infancia, y porque son los miembros más informados de la familia sobre los últimos adelantos tecnológicos.
2. Los géneros confusos de la comunicación: A diferencia de lo que ocurría en el pasado, donde los medios de comunicación distinguían claramente la información, la ficción o el entretenimiento y la publicidad, las nuevas tecnologías influyen decisivamente en la interacción permanente de medios y de canales expresivos y comunicativos Para las generaciones jóvenes, Internet se establece como la fuente de acceso a la realidad y a las diversas versiones que circulan sobre la realidad, confundiendo definitivamente lo que era objeto de una cuidadosa distinción. Realidad y virtualidad es una distinción que para ellos carece de sentido, porque la virtualidad simultánea y a demanda es el componente más tangible de su propia realidad: que exista una autopista informativa sobre la que navegar desde el dormitorio a las zonas más remotas del globo e incluso hasta otras que carecen de localización, ese mundo real pequeño e instantáneo, ese aquí y ahora permanente de lo distante en lo cercano, hace que la Internet y sus posibilidades extrañas desde otras generaciones, esté por completo naturalizada en la cotidianeidad de las generaciones que nacieron después de su generalización.
3. El nuevo paradigma del prosumidor: En la medida en que Internet facilita la publicación como nunca antes, ya no solo de textos, sino también de imágenes, animaciones y hasta audiovisuales, y ese conjunto de infinitos repertorios tiene un nivel de accesibilidad simple, inmediato y a costos insignificantes, con el paso del tiempo se va haciendo cada vez más frecuente que jóvenes de distintas edades, niveles socio-económicos y culturales registren y publiquen materiales, documentos o aspectos diversos de su vida que consideran interesantes para ofrecer a la mirada ajena De acuerdo con ello, aparece una categoría de usuario que entre los jóvenes es especialmente relevante el prosumidor (ubicado entre la producción y el consumo) que desarrolla una creciente autonomía y capacidad para adaptar la oferta a la demanda.
4. Las transformaciones de la intimidad: Los prosumidores pueden producir y difundir toda clase de materiales, y esto está impactando fuertemente la intimidad. Si bien esto está al alcance de personas de todas las edades, los adultos están formados en una cultura que distingue tajantemente lo público y lo privado, algo que las y los jóvenes no hacen, ya que son hijos de una cultura más permisiva en los sexual (por ejemplo) y son hijos también de una cultura que exacerba la presencia del sujeto Se trata de jóvenes más desinhibidos, que cuando saben lo que quieren, lo buscan como en un catálogo, sentados en sus casas, en sus dormitorios La seducción pero también la amistad van pasando por allí. La sobre exposición de la intimidad tiene como fin el encuentro y en esa dinámica se articula la grupalidad y las comunidades de adolescentes y jóvenes, muy alejados ya de los mecanismos antiguos por los que tradicionalmente se congregaban los semejantes.
5. Las Nueva formas de comunidad: Todos los cambios descritos tienen un efecto directo sobre la configuración de la pertenencia común, un ámbito en el que se percibe una proliferación de formas colectivas que no encajan dentro de los mecanismos de agregación tradicionalmente señalados por las ciencias sociales y humanas El ejemplo más evidente son las denominadas redes sociales, en cuyo marco, los usuarios pueden mantener un amplio abanico de comunicaciones simultáneas Esto es muy común entre los jóvenes, capaces de mantener numerosos contactos activos mientras hacen otras cosas. Esta interacción arma comunidades de temporalidad simultánea que se comunican por mensajería y con breves mensajes que mantienen una comunicación y una presencia a la distancia.
Poco a poco, los dormitorios se vuelven globales, las esquinas virtuales y los adolescentes y jóvenes, nómades reales conectados entre sí por complejos nexos informáticos e hipertextuales. Esto, fuera de toda duda, nos habla de una nueva brecha generacional afincada en estructuras cognitivas y vivenciales por completo ajenas para las generaciones mayores. Adolescentes y jóvenes se integran en su más profunda intimidad individual en redes colectivas que rediseñan la sociabilidad teóricamente perdida. Las microculturas que emergen de la conformación de las redes y los nuevos grupos y comunidades responden casi sin proponérselo a esa necesidad de seguridad ontológica colapsada por las transformaciones radicales que se imponen desde las innovaciones de Internet (idem).
1 Sociólogo, egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), docente de la carrera de sociología e investigador del Instituto Gino Germani, ambos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Ha publicado diversos libros y más de cincuenta artículos sobre culturas juveniles, jóvenes, adolescencia, consumos culturales y educación en publicaciones colectivas, revistas nacionales y extranjeras. Ha asesorado en estas temáticas a distintas instituciones gubernamentales y de la sociedad civil, ha formado parte de proyectos de cooperación internacional como UNICEF y UNESCO
2 URRESTI, Mario (editor) Ciberculturas Juveniles: los Jóvenes, sus Prácticas y sus Representaciones en la Era de Internet. Editorial La Crujía, Buenos Aires 2008.
Fuente: http://www.joveneslac.org/