MAG comenzaría a darle visibilidad al extensionsimo para jóvenes campesinos

BASE IS contribuyó en la Mesa Temática «Juventud Rural»  del reciente “II Encuentro de Extensionistas Rurales del Paraguay” realizado los días 15 y 16 de julio, en el predio de la Dirección de Extensión Agraria (DEAg).

Alrededor de mil quinientos extensionistas rurales del país, tanto del sector público y privado, se congregaron en el “II Encuentro de Extensionistas Rurales del Paraguay” realizado los días 15 y 16 de julio, en el predio de la Dirección de Extensión Agraria (DEAg) en San Lorenzo.

El encuentro tuvo como objetivo proporcionar un espacio de intercambio de conocimientos y experiencias entre profesionales y técnicos que desarrollan actividades en el marco de la Extensión Agraria en el país.
 
En la primera jornada se trató temas de interés para los extensionistas a través de panel-debates en diez mesas temáticas, con la presencia de expositores nacionales con vastas experiencias en los temas abordados.
 
Los temas desarrollados fueron Crédito rural o subsidio, algodón, Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), Género, Juventud Rural, Biotecnología, Soberanía y Seguridad Alimentaria, Agricultura Indígena, Organización Campesina y la Nueva ruralidad.

La mesa temática de Juventud Rural estuvo integrada por Mariela Cuevas del Viceministerio de la Juventud (VMJ) quien expuso resultados de la encuesta nacional de juventud; y, Luis Caputo de BASE Investigaciones Sociales (BASE-IS), quien manifestó que al parecer se está comenzando a romper con la invisibilidad histórica (política, social, académica) de la juventud campesina, incluyendo en el ámbito de la planificación del desarrollo y el apoyo técnico. Seguidamente se centró en tener cuidado con naturalizar ciertas percepciones erradas acerca de la juventud campesina: ¡que la juventud rural quiere migrar a las ciudades! y que ¡no quiere trabajar la tierra! Las cuales están totalmente alejadas de la realidad y sus aspiraciones, pues solamente se trata de prejuicios con implicancias negativas para la misma juventud. Luego de repesar la relevancia demográfica que tiene la juventud rural, presentó datos de un estudio de BASE-IS que muestran que las comunidades campesinas que han estado coexistiendo con cultivos transgénicos, en más de un 80% manifestaron su propensión a no migrar, vale decir, prefieren permanecer en sus comunidades rurales.

También, en contraposición a los agoreros que realzan la indefectible migración, inclusive agencias internacionales e intelectuales que proponen “preparar a la juventud rural para adaptarse a la ciudad”, describió otros resultados del estudio. En más de un 50% jóvenes expulsados de sus tierras, residentes en pueblos y ciudades, manifestaron estar peor que antes de ser desplazados. En tanto las variables de mayor peso identificadas como determinantes de la migración aludidas, se refieren a factores de expulsión -no de atracción de la ciudad-, tales como: falta de trabajo y alimentación por el avance de la soja en sus comunidades, deudas financieras, desalojos, fumigaciones, contaminación ambiental, constantes amenazas de grupos paramilitares armados de grandes agroempresarios, y falta de perspectiva de vida en general.

En la última parte, comentó la invisibilidad política, social y académica de la juventud campesina, contraponiendo las enormes capacidades que tienen las personas jóvenes del campo:

– Mayores niveles de escolaridad, mayor rapidez en aprendizajes de proceso productivos e innovaciones, fuerte anhelo de de compartir, participar y ser protagonista en su comunidades y en el desarrollo del país.
– Enorme capacidad de dinamizar el desarrollo rural equiitativo y sustentable, más aún para contribuir a la democratización de las tomas de decisiones y el sistema político.
– Su mirada holística y conciencia ambiental de recuperar los ecosistemas campesinos, así como la enorme capacidad de reafirmación de la identidad sobre todo cuando están organizados.
– Asimismo, destacó la propensión positiva a la autogestión de proyectos sustentables, para la comercialización y el desarrollo local.

En este sentido, Caputo indicó la necesidad que desde el extensionismo rural se movilice dicho caudal de riquezas, capacidades reflexivas y de compromiso hacia el entorno que tiene la juventud campesina. La necesidad urgente de trabajar, no para expulsar al campesinado, sino para generar condiciones de arraigo de la juventud campesina en sus comunidades, y así fortalecer la cohesión social, otorgándoles en cada POA, en cada proyecto de extensión rural, espacios de participación protagónica, sin olvidar el componente de recreación.

Es más, la propuesta de resolver el desempleo rural y la crisis alimentaria con los prejuicios e imágenes erradas acerca de la juventud rural, según Luis Caputo, no solamente facilitarán la migración y seguirán acrecentando los monocultivos y la presión de los agronegocios, sino que no hará más que agravar el destino de la sociedad paraguaya y de los hambrientos del mundo. Por el contrario, sostuvo, que la solución está en un cambio paradigmático, fortaleciendo a la juventud campesina para que se profesionalice y trabaje para una agricultura basada en conceptos de soberanía alimentaria, fuerte producción de alimentos y pequeñas agroindustrias, así como en la agroecología, tendiendo a un nuevo contrato social entre el campo y ciudad, todo esto, dentro de una visión integral del ser humano y los recursos naturales.

FOTO: Durante la apertura del II Encuentro de Extensionistas Rurales del Paraguay. Fuente: Archivo MAG

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