En algunos distritos del interior hay señales de esperanza para las comunidades campesinas que tienen que convivir con las grandes plantaciones de monocultivo de soja y los plaguicidas. El intendente del distrito Simón Bolívar de Caaguazú multará a sojeros que degraden el ambiente con una sanción de entre 20 a 60 millones de guaraníes y la suspensión inmediata del trabajo, la medida tiene el propósito de frenar el avance del monocultivo intensivo de soja hacia el interior del distrito.
La Ordenanza Nº 311/2.006. Art. 9, inciso a) dispone todos aquellos que desarrollen explotaciones agrícolas, ganaderas o forestales deberán establecer y aplicar dispositivos y prácticas preventivas y de lucha contra la erosión, la contaminación y todo tipo de degradación causada por el hombre; inciso b) evitar el cultivo intensivo de rubros de renta en superficie mayores de 100 hectáreas con utilización de agroquímicos (herbicidas, fungicidas, insecticidas y otros productos químicos) que podrían ser nocivos. En el Art. 6 se establece la prohibición los desmontes, sin solución de continuidad, en superficies mayores de 100 hás, debiendo dejarse entre parcelas franjas de bosques de 100 metros de ancho como mínimo. Este último punto también tiene como objetivo proteger los arroyos, lagunas y nacientes (franja de bosque protector de por lo menos 100 metros sobre ambas márgenes). Asimismo, queda prohibido verter en los cursos hídricos agroquímicos y todo tipo de residuos, substancias, materiales o elementos sólidos, líquidos, gaseosos o combinaciones de estos, que puedan degradar o contaminar las aguas o los suelos adyacentes. (La Nación, 28 de junio 2006, p, 43)
Este es un primer paso que, de ser emulado por otros municipios, forjaría una base legal para frenar la expansión de los monocultivos. Ahora, sin llevar a la práctica los controles y sanciones a los infractores de la ley, esto no sería más que un hermoso paquete vacío de contenido.