Plaguicidas hasta en los huevos

ARGENTINA. Tratando de olvidar la disparatada noticia llegada desde Ibarlucea, Santa Fe, donde los envenenadores alegan que “el niño con rastros de pesticida en su sangre se debe a alguna fruta que comió y que sus padres deben informarse mejor”.

Nuevas evidencias de estas ilegalidades confirman una frase de Fabian Tomasi, el aeroaplicador afectado por los agroquímicos, cuando nos decía : “Tarde o temprano esto nos va a matar a todos”

La ignorancia supina de los delincuentes que atentan contra la vida no tiene límites.

Raya en lo absurdo, echarle la culpa a una fruta, cuando el piretroide usado también descompuso al aplicador quien fue visto sentado en un galpón reponiéndose después de usar el insecticida. Ninguna plantación de manzanos, kiwis o acelgas se puede divisar en la zona del hecho, solo leguminosas. Pero hay que darle crédito al aplicador y como el piretroide afecta al sistema nervioso, quizá una larva o insecto muerto después de su fumigación, logró conmoverlo más que un niño enfermo y solo se sentó a meditar sobre el crimen cometido.

A ello debemos agregar las manifestaciones de un analista agropecuario para quien la jornada del Diputado Juan Casaña en la Cámara de Diputados de La Nación días atrás, “fue un debate sin ideologías”, algo que parecen poseer todos los que opinan lo contrario a sus intereses. El legislador anfitrión se despachó con la frase “Al inocularse embriones con glifosato se cometió un primer error, ya que un feto jamás toma contacto con el herbicida y es erróneo extrapolar esos resultados” .

El estudio del Dr Gilles Seralini que confirmó después de 18 horas de exposición a concentraciones bajas, de herbicida cómo las células de placenta humana comenzaron a morir, es una conclusión que nada le representa al diputado devenido científico. Si atraviesa un 20% la pared de la placenta y llega al feto, algo que está negando al igual que lo hizo el Ministro Lino Barañao, deja a las claras que esas reuniones son una pérdida de tiempo, un gasto para el pueblo que paga los cafecitos que se sirven en el recinto y una estéril conclusión que más que aclarar oscurece. La finalidad es hacer que hacen y ser tapa de algún folleto inoculante.

Pero no podemos pedir tanta ciencia ni cordura en algunos políticos. Gracias que asisten a algún quórum, cuando la mayoría de las veces ni saben lo que se está votando.
Dejando de lado el tema por demás aburrido y predecible de estos personajes caricaturescos vayamos a lo importante.

Nunca imaginaría que un huevo frito además de la vitamina B , proteínas y las grasas saturadas que nos representa, también tienen plaguicidas adentro.

Si, entendió bien. El dato lo he recibido gracias a la generosidad del ingeniero agrónomo Francisco Roberto Caporal, Magíster en Extensión Rural y Doctor en Agroecología y Desarrollo Sustentable desde Brasil, donde se desempeña en la Asistencia Técnica y Extensión Rural del Ministerio del Desarrollo Agrario de Brasil.

La investigación presentada en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Sao Pablo, Brasil, identificó residuos de herbicidas en las muestras de los huevos vendidos en Sao Paulo. La sustancia, posiblemente incorporada a través del alimento de los pollos pueden contribuir a la aparición de enfermedades crónicas en los seres humanos. Los huevos fueron sometidos a análisis capaz de identificar 140 a 150 diferentes sustancias químicas tóxicas, incluyendo organoclorados, organofosforados y algunos tipos de fungicidas y herbicidas. «Durante las pruebas, se detectó la presencia de herbicidas, posiblemente utilizado para las plagas encontradas en el cultivo de alimento dado a los animales».

«Lo más probable es que el pesticida, incorporado por el pollo durante la alimentación, se ha translocado al huevo», manifestó la investigadora Claudia Ciscar. Agregó también que “Alrededor del 80% de los alimentos, muestras de plantas y animales analizados en los laboratorios por lo general no tienen residuos de pesticidas, y estos se encuentran en niveles inferiores a los permitidos por la ley. El resto de las muestras, sin embargo, contiene productos que no tienen una legislación pertinente, o se utilizan mal por los productores para el control de enfermedades y plagas, que pueden provocar riesgos para la salud humana.»

El estudio forma parte de su tesis doctoral, guiada por el profesor Espinosa Elenice Souza, del Departamento de Patología Experimental de Estudios Comparados (FMVZ). Las pruebas a las muestras de los huevos se produjo en el Laboratorio de Residuos de Plaguicidas del Instituto Biológico, dependiente del Ministerio de Agricultura de Sao Paulo y financiada por la Fundación de Apoyo para la Investigación de Sao Paulo (FAPESP).

Lo que pasa en la localidad de Ibarlucea, a lo largo de toda la provincia de Santa Fe y de todo el país es lo que remarca la investigadora: “La falta de orientación de los ejecutores que no tienen idea de la dosis adecuada para su aplicación» y advierte además la falta de información sobre el peligro de adoptar un producto inadecuado para el uso de animales como los pesticidas. Si no hay vigilancia desde el gobierno en los alimentos y una guía del personal que trabaja en el campo cómo se puede producir alimentos de calidad. La falacia de las buenas prácticas y de los técnicos que solo recetan parece no ser suficiente, ni para producir forraje ni para producir alimentos.

Quizás en otra vida, donde la educación y el estado de derecho sean una prioridad, la ausencia de tierras y de agua dejarán al descubierto la desidia del presente que maldecirán las generaciones futuras. La ciencia necesitará más ciencia para salvar los últimos relictos de biodiversidad, esa que la pseudociencia a falta de guerras pero con las mismas armas, se encargó de destruir.

Fuente: http://www.chacodiapordia.com/noticia.php?n=47072

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