La ley de De Semillas y Protección de Cultivares que rige actualmente no es suficiente para proteger las históricas técnicas de cultivo y uso de semillas nativas de campesinos e indígenas de Paraguay, en un presente lleno de amenazas. Por eso organizaciones del campo vienen debatiendo una nueva ley que les proteja más, en momentos en que soplan fuertes vientos de privatización de semillas y cultivos transgénicos en la región.
Hace unos años la CONAMURI y CEIDRA empezaron a conversar sobre la necesidad de una nueva ley de semillas que promueva las actividades de las familias agricultoras y por sobre todo su soberanía alimentaria. Después de este impulso inicial, el proceso se mudó al SENAVE, organismo estatal que incluyó algunos artículos.
En los últimos días, la Conamuri ha estudiado de vuelta el borrador y planteará algunas modificaciones, que por sobre todo buscan salvaguardar proyectos sobre semillas que ejecuta, ante la incertidumbre o indefinición política del futuro.
Atentado contra las semillas nativas
En los últimos días en Chile y Bolivia se aprobaron leyes que legalizan las actividades de las empresas transnacionales, al otorgarles patentes o certificados de propietarios de ciertas semillas. Con esto se reconoce la propiedad intelectual de estas empresas sobre semillas o cultivos que eran históricos patrimonios de los pueblos. Si un pequeño agricultor quiere usarlas, a partir de ahora debe pagar al propietario de la semilla. En Perú, afortunadamente, los parlamentarios derogaron una ley similar y hasta definieron que ya no se habla del tema hasta dentro de 10 años.
En Paraguay la actual ley de semillas es la 385, se llama De Semillas y Protección de Cultivares y fue aprobada ya en el año 1994. En diciembre de 2010 los senadores, Herminio Chena (UNACE) y Fernando Silva Facetti (PLRA), propusieron el cambio de su artículo 35.
Esta modificación de ambos legisladores apunta a criminalizar el intercambio, la conservación y la re-siembra de las semillas que hacen campesinos e indígenas. Y más aún, apunta a la mercantilización de las semillas, porque si entra en vigencia esto, los campesinos e indígenas tendrán que comprarlas a las empresas.
Todo estos hechos apuran a las organizaciones sociales, pequeños productores, consumidores y autoridades a debatir eficientemente sobre el tipo de ley de semillas que necesita tener nuestro país para proteger el patrimonio de los pueblos campesinos e indígenas, y también los derechos culturales y alimentarios de la población.
CONAMURI: Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas
CEIDRA: Centro de Estudios e Investigaciones de Derecho Rural y Reforma Agraria.
SENAVE: Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas.