Un modelo excluyente y la falta de atención a reclamos genera una ola de movilizaciones campesinas

Asunción, 24 de noviembre 2020 (BASE-IS) Importantes movilizaciones de organizaciones campesinas se desarrollan en la capital y algunos puntos del interior del país, miles de pequeños productores y familias sin tierras protestan ante la falta de políticas de atención al campesinado por parte del gobierno.

La Coordinadora Nacional Intersectorial (CNI) junto a la Articulación Campesina, Indígena y Popular (ACIP) retornaron a Asunción ante la falta de voluntad para el cumplimiento de acuerdos alcanzados con las autoridades; por su parte la Unidad de Acción Social, que aglutina a diferentes organizaciones regionales, reclama la recuperación de las tierras malhabidas y el cese de la criminalización de la lucha campesina.

Según señala el analista e investigador especializado en la temática de movimientos sociales, Abel Irala, «un modelo agrario que promueve la concentración de la tierra, la de los medios de producción, las modificaciones de las semillas, formas agroganaderas en oposición al medio ambiente y a prácticas culturales, es un modelo que necesariamente será cuestionado por la mayoría de la población campesina e indígena». En ese sentido indica que la aplicación de estos modelos excluyentes provoca enormes desigualdades sociales y son cuestionados por varios sectores de la sociedad, pero principalmente por quienes son expulsados de sus territorios, familias campesinas e indígenas «en este orden de cosas, Paraguay se ha ubicado como el país con la desigualdad casi perfecta en cuanto a la distribución de tierras» añadió.

Según un estudio elaborado por Irala para BASE-IS durante el primer año de mandato de Mario Abdo Benítez (agosto 2018- agosto 2019) más de 27 mil campesinos y campesinas participaron de diferentes acciones de protesta, principalmente exigiendo asistencia para la producción campesina, acceso a la tierra y rechazando el modelo de agronegocios. Sin embargo, estos reclamos campesinos no encuentran mayor respuesta por parte del gobierno, que sólo ha ensayado una política represiva y criminalizante hacia la protesta social.

Según señalan los dirigentes campesinos la pandemia, las medidas de aislamiento social y la sequía que afectaron este 2020 profundizaron la crisis que se vive en el campo, por lo que no tienen otro camino que la movilización y la exigencia ante la indolencia por parte de las autoridades. Agregaron que las acciones continuarán hasta tanto se encuentre una salida para garantizar acceso a la tierra y asistencia adecuada para la reactivación productiva.

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