La escuela Nº 6282 Dr. Moisés Bertoni de Rancho Alegre, distrito de Itakyry, departamento de Alto Paraná, se encuentra a menos de 10 metros de un cultivo de soja transgénica. Los propietarios del cultivo violan, a simple vista, varias legislaciones, como los 100 metros libres entre el cultivo y caminos comunitarios o las barreras vivas de protección, establecidas en la ley 3742/09 De Control de Productos Fitosanitarios de Uso Agrícola.
Dirigentes de la Asociación de Agricultores de Alto Paraná (ASAGRAPA) explicaron que Rancho Alegre fue, junto con Nueva Conquista, Santa Lucía, Chino Cue y otros, asentamientos acompañados por su organización en los años 90. Sin embargo, en los últimos cinco años el cultivo de soja transgénica fue copando la mayor parte de estos territorios y tranformando el antiguo paisaje de montes, chacras y caseríos en desiertos de soja.
Según el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), hasta el año 2010, al menos 264 escuelas de los departamentos de Alto Paraná, Itapúa y San Pedro estaban rodeadas de cultivos de soja. La mayor cantidad de ellas, en el departamento de Alto Paraná, sumando 164. A nivel nacional, se maneja que 500 escuelas estarían en esta situación.
Al viajar por los caminos vecinales de Itakyry, uno ve que la violación de las leyes mencionadas es una constante, con sojales al borde de los caminos o en medio de las casas de familias. Las propias autoridades dsitritales, como concejales e intendentes, tienen explotaciones sojeras en contravención a la ley, además son los principales promotores de que familias campesinas alquilen o vendan sus derecheras a empresarios sojeros de nacionalidad brasileña.